Participación ciudadana efectiva y generación de democracia
- Por Andrés Sánchez
- 2 mar 2018
- 3 Min. de lectura
¿Cómo fortalecer la dinámicas de participación, toma de decisiones y los procesos electorales en México?, ¿cómo transformar una percepción llena de incidentes corruptos, falta de representatividad e inseguridad? El Instituto Republicano Internacional (IRI), parece ser un semillero de herramientas para sanar esta grieta.
Desde hace 14 años ha desarrollado y gestionado programas en conjunto con partidos políticos, autoridades de gobierno, sociedad civil, universidades e iniciativa privada en México, mediante metodologías que impulsan la generación de consensos, impulsan mejores procesos electorales y concientizan sobre la posibilidad de mejores prácticas de gobernabilidad y participación ciudadana.

Sus labores, que iniciaron en África y se han difundido en América Latina y Asia, se centran en tres ejes: seguridad con justicia, seguridad ciudadana y transparencia y anticorrupción. En el primero, el interés está en la formación de mejores actores que instruyan y ejerzan sobre os beneficios del Sistema Penal Acusatorio, en cada localidad de los estados en que han trabajado. Talleres y campañas de difusión son las herramientas idóneas para comunicar las reformas e introducir los Mecanismos Alternativos de Solución de Conflictos (MASC).
¿Por qué mandar a la cárcel a alguien involucrado en un conjunto vecinal que puede resolverse de manera más práctica y sin gastar recursos innecesarios mediante el diálogo y el consenso de las partes involucradas? Mejor buscar alternativas de resolución, a la par de que se impulsa la participación de los ciudadanos en su propio sistema democrático.
En el segundo eje, se busca que la transparencia y la participación de los ciudadanos en acciones de prevención de violencia aseguren mayor efectividad por parte de los gobiernos. Por ello, la creación de espacios de diálogo y herramientas de difusión han sido aportes clave de parte de IRI, adaptándolos a cada comunidad y estado y compartiendo los avances en su red global para que puedan ser implementados en otros países.
Finalmente, en temas del tercer eje, parece ser muy claro el daño que produce la corrupción y la impunidad en el país, a nivel de confianza y de pérdida de recursos, razón por la que la apertura al diálogo y redes de difusión que fomenten una sociedad civil capaz de incidir en el desarrollo y monitoreo de acciones de combate a la corrupción, promoción de la transparencia y mecanismos de denuncia.

Un político corrupto sale de la sociedad misma, de un entorno en el que estudiantes, padres, comerciantes y demás realizan actos corruptos que se han ido normalizando, pero que son primeros pasos para la explosión del gran problema. La corrupción no es cultural nadie está predispuesto a ejercerla, pero sí es mantenida por el sistema al no haber sanciones efectivas y ser permisivo, de ahí la importancia de ser conscientes y velar porque estas prácticas no se sigan permitiendo.
El reto es dejar atrás la falta de espacios para compartir sus puntos de vista, para hacer valer su voz y voto, la falta de herramientas de difusión; que todos, sobre todo de jóvenes y grupos antes relegados sean tomados en cuenta de manera real y efectiva. Cuando se piensa en incluir a la juventud, hay que diseñar política con enfoque de juventudes, basados en las demandas y adaptándose a ellas.
La voluntad política para cambiar la realidad social no va a aparecer, sólo en la medida en que haya mayor demanda ciudadana. Los gobiernos comienzan a trabajar en estos temas porque hay exigencia de parte de múltiples instancias. Si tienes algún proyecto o idea para incentivar procesos democráticos, o en cualquiera de las líneas antes mencionadas, no dudes en contactar a IRI y así proyectar aún más esos esfuerzos.
Herramientas como sus toolkits para prevención y gobierno abierto o su plataforma de datos abiertos Ciudades Abiertas, entre otras que son fácilmente replicables por responder a necesidades ciudadanas similares han ayudado a la formación de múltiples actores civiles que replican lo aprendido en sus comunidades y construyen redes de divulgación que favorecen una consciencia sobre la importancia de la participación constante, libre y propositiva para transformar el rumbo del país, todo en manos, ideas y voz de los mismos ciudadanos.

