Tu familia será cómplice del fraude electoral
- Alberto Ortiz
- 12 feb 2018
- 2 Min. de lectura

Si alguien de tu familia será integrante de la Mesa Directiva de Casilla el próximo 1 de julio, será cómplice del fraude electoral. Esta frase viene a mi mente cada vez que escucho a amigos o conocidos cuando afirman que el día de la jornada electoral habrá un fraude o que es una pérdida de tiempo votar.
Aceptando sin conceder, es verdad que la confianza en las instituciones es un proceso constructivo y que mucho se les ha cuestionado en los últimos años. También es cierto que la credibilidad de los partidos, candidatos y políticos es nula y que por eso existe (en gran medida) una desconfianza en los comicios ya que realizan un sinfín de operaciones para ganar la elección. También debo reconocer que nuestro país duda de estas jornadas tras la votación de muertos, embarazo de urnas o ratones que siguen estando más locos que antes. Por estas experiencias hoy, incluso, seguimos contando con una credencial para votar con fotografía y sus más de 20 candados de para brindar mayor seguridad y control.
El pasado 31 de enero el Instituto Nacional Electoral (INE) realizó el sorteo en el que aquellos ciudadanos nacidos entre febrero y marzo integrarán las 155 mil Mesas Directivas de Casilla del país. Todos tenemos un familiar o conocido que será (o ha sido) funcionario electoral y que lo visitará otro ejército ciudadanos que le dará capacitación sobre lo que tendrá que hacer el día de la elección. Sí, ese domingo es una jornada pesada en la que te levantas de madrugada, comes muy poco y concluyes de noche, razón por la cual muchas personas rehúyen a dicha tarea.
Personalmente, me parece ofensivo demeritar el trabajo de miles de ciudadanos que fungen como presidentes de casilla, secretarios y escrutadores el día de la elección, pero me parece mucho más grave que desde ahora se cuestione su tarea. Por eso cuando escuchaba a amigos y conocidos decir que habrá un “fraude” en las casillas, vine a mi mente esa declaración con la que abrí este texto: tu familia será cómplice del “fraude” ya que recibirán instrucciones para favorecer a alguien, que alterarán las cifras en la Acta de Escrutinio Cómputo o cualquier otra artimaña.
En otras palabras, ¿crees que un familiar, amigo o conocido que fue partícipe de un sorteo y recibió capacitación de varias semanas se corromperá? ¿Será que perderás la confianza hasta en tu círculo cercano?

Una de las enseñanzas que me dejó el maestro José Woldenberg es que la confianza electoral es algo que se construye paulatinamente, centímetro a centímetro, pero cuando algo o alguien pone en duda, el proceso/instituciones retroceden kilómetros. ¿Por qué no abonamos a este avance confiando en quienes recibirán y contarán nuestro voto el 1 de julio?
Ojalá algún día deje de escuchar “somos una democracia nueva, que está en construcción” y se comience a decir que la democracia mexicana es la más participativa y confiable. Por eso, empecemos por nosotros abonando a los terrenos de la confianza y respaldemos el trabajo del ejército ciudadano en este proceso electoral.