En la vida y en el futbol…se sale jugando
- Armando García López
- 3 nov 2017
- 2 Min. de lectura

Hace poco más de un mes que la realidad nos sacudió a todos. El hecho de ser efímeros nos tomó por sorpresa. Y quien tiene el honor y gusto de escribirles se encuentra en una situación complicada y no tuve el atrevimiento ni la vergüenza para escribirles sobre el deporte de la patada.
Es difícil el regresar a la normalidad, es una situación de cuestionamiento interno. ¿Cuándo se puede volver a la normalidad? ¿Cómo volver a empezar? Y fue justo el futbol el que me ayudo a encontrar esa respuesta.
No podemos comparar un sismo con una actividad deportiva, pero podemos extrapolarlo, llevarlo a su mínima comparación. Recordemos que hace 4 años, en el Mundial de Brasil, la selección anfitriona, uno de los favoritos (aunque con muchos cuestionamientos) se veía claramente superado por una maquinaria alemana que barrió el suelo con Neymar Jr. y compañía. Para quien lo vio, no dejará mentir, fue todo un suceso; el equipo histórico del jogo bonito, se iba entre lágrimas de sus seguidores, daba paso a una generación espléndida y a una maquinaria nada mágica, pero si con engranes muy bien definidos.
Y si nos vamos dos justas mundialistas atrás tenemos a una Alemania en 2006 que se fue por la puerta de atrás, dejando a un Ballack con solo la ilusión de ser favoritos, más nunca una realidad.
Y dos justas mundialistas antes, tenemos a un Brasil en 1998 que partía como amplio favorito y fue superado por un 3-0 de Francia de Zinedine Zidane. Y ejemplos de crisis, de golpes y de “catastrofes” deportivas hay muchos. Pero todos esos ejemplos tienen un desenlace curioso: los humillados, los perdedores de esos ejemplos, regresaron por su revancha, aprendieron de sus errores y triunfaron.
¿Por qué digo esto? Porque, lo que se hace después de juegos así, de resultados y eliminaciones que caen en lo inverosímil y en lo increíble, lo que se hace enseguida es salir jugando. Es replantear la estrategia, asumir un mal resultado y aprender sobre eso; modificar jugadores, formaciones, o, en algunos casos, cambiar directivas. Pero todo recae en el siguiente partido, el partido de regreso al campo. Uno sale jugando, al tiki-taka, hacer presión, a defender, a esperar al contragolpe, a jugar por las bandas, a subir al defensa como delantero, a lo que sea, pero se sale jugando.
Y es así como se retoman actividades después de una situación crítica para la sociedad: tomamos medidas serias de prevención, se hacen investigaciones, se realizan peritajes. Nunca se vuelve a ser el mismo, pero podemos mejorar, podemos tener nuestra revancha y triunfar. No hay de otra más que ir paso a paso. Como en el futbol, tenemos que salir jugando.