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“Segundas vueltas”

  • Alberto Ortíz
  • 17 jun 2017
  • 2 Min. de lectura

Luego de los resultados que arrojó el proceso electoral en el Estado de México, diversas corrientes políticas han manifestado su intención de implementar una segunda vuelta para los comicios que se celebrarán en 2018, particularmente, en la renovación del Ejecutivo federal.


En 2014 el Partido Acción Nacional (PAN) luchó por incluir esta propuesta en la reforma político-electoral, sin embargo, la mayoría priísta en las Cámaras lo impidió. Ahora, curiosamente, los tricolores se han vuelto promotores de dicha iniciativa ya que los cálculos políticos parecen ser adversos.

Funcionarios y exfuncionarios electorales, así como constitucionalistas, se han pronunciado a favor o en contra de la segunda vuelta electoral. Hay quienes afirman que con este mecanismo daría mayor legitimidad a quien resulta electo –y comparto la visión-, pero antes de introducir esta “novedad” tenemos que afianzar las bases del propio sistema electoral nacional.


¿Funcionaría la segunda vuelta con un índice de participación en el que 38% del electorado elige al ganador? ¿Es operativa la segunda vuelta con un nivel de abstencionismo por arriba del 50%?


Y la pregunta más importante: ¿los partidos políticos ya se habrán preguntado por qué la ciudadanía no vota?


Tras los resultados de la jornada electoral del pasado 4 de junio todos los institutos políticos están peleando en tribunales sus respectivos resultados –que están en todo su derecho y es parte del juego democrático-, pero están dejando a un lado a esa otra parte de la ciudadanía que es importante y están expresando su inconformidad al no pararse en las casillas el día de la elección.


No hay empleos y los que existen, están mal pagados. No se reflejan las propuestas de campaña en la administración que gobierna. La aparente “comunicación” que hay de los candidatos en los actos proselitistas se acaba cuando éstos resultan electos. Crece la desconfianza en las instituciones de gobierno, políticas y electorales. La ciudadanía no vota porque prevalece la desafección política.


Con estos problemas de fondo que no se han podido resolver, ¿es operativa una segunda vuelta?


¿Cuánto le va a costar al erario público?

En otro tema, el próximo martes, la Suprema Corte de Justicia de la Nación sesionará para abordar la ampliación de periodos que otorgó el Senado de la República a cuatro integrantes de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).


Mientras que la Corte había establecido en su convocatoria el tiempo que durarían los cuatro jueces electorales, el Pleno de la Cámara alta decidió ampliarlo de “última hora”. El caso será presentado por el ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena y sabremos hasta entonces si la decisión de los legisladores fue constitucional o no.


No conforme con el conflicto postelectoral que se vive en el Estado de México y Coahuila, este asunto vendrá a complejizar más la materia, la legitimidad y confianza de todos los actores que participan en las elecciones. El TEPJF tendrá su segunda vuelta la próxima semana.

 
 
 

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