“REINO UNIDO APUESTA Y PIERDE, DE NUEVO”
- Hristo Torres
- 17 jun 2017
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Nueva ronda de elecciones en un país europeo. Tercera votación en dos años para decidir el futuro de Reino Unido y tercera sorpresa en los comicios en un año.
Si Francia es una de las mejores democracias del mundo, si no es que la mejor, RU debe estar entre la últimas. Mientras que hace un mes se festejaba el triunfo de Emmanuel Macron sobre Marine Le Pen en el país galo, ahora el reflector está sobre los británicos, quienes volvieron a arriesgar su futuro en las urnas.
Hace poco más de dos meses la Primera Ministro conservadora, Theresa May, convocó a elecciones anticipadas con la intención de agrandar su mayoría en el Parlamento y tener mayor margen de maniobra para las negociaciones con Bruselas para la salida de Reino Unido de la Unión Europea, pero al final no le salieron las cuentas.

La intención era conseguir más de 330 asientos en la asamblea de 650 lugares, pero terminaron con 318, perdiendo doce valiosos lugares que le costaron la mayoría y los obligaron a formar alianza con el Partido Unionista Democrático (DUP, por sus siglas en inglés) de Irlanda del Norte. Esto le ganó una avalancha de críticas a May, debido a la postura de extrema derecha del DUP, que rechaza el matrimonio igualitario, el derecho al aborto y que maneja un discurso abiertamente xenófobo.
Lo que se predecía como un triunfo aplastante, se ha convertido en una victoria pírrica, pues, ahora, en lugar de contar con control absoluto del gobierno como se pretendía, la alianza con los unionistas irlandeses obliga al gobierno de May a realizar concesiones en política interna y durante las negociaciones para el Brexit.
Aunque habrá quienes digan que el ganador aquí fue el Partido del Trabajo liderado por Jeremy Corbyn, no necesariamente es así. Si bien consiguieron 29 lugares en el Parlamento, fortaleciendo su posición tanto en la cámara como frente al pueblo británico, esto no es suficiente como para desafiar abiertamente al gobierno de May.

Sumado a esto, la Primera Ministro queda en una posición precaria, corriendo el riesgo que su partido decida que ya no es apta para liderarlos después de esta derrota disfrazada de victoria, lo que crearía aún más inestabilidad política a un escenario de por sí ya complicado.
Con el inicio de las negociaciones del Brexit a la vuelta de la esquina, en lugar de presentar a una Gran Bretaña unida dispuesta a hacer valer su voluntad ante la Unión Europea, tenemos a una nación más dividida que nunca, que no está segura de qué es lo que quiere y que está teniendo dudas sobre si realmente quiere abandonar el ideal de una Europa líder, unida y solidaria.
Perdieron los conservadores. Perdieron los laboristas. Perdió May. Y perdió el pueblo británico.