"BRASILEÑOS EN LA CINETECA NACIONAL"
- Luz del Alba
- 3 abr 2017
- 3 Min. de lectura
Visitar la Cineteca Nacional siempre deja un buen recuerdo, una buena enseñanza o, al menos, abre nuestros horizontes sobre algunos temas. La semana de cine brasileño no fue la excepción, puesto que ha llegado y mostrado el gran talento de directores como Eduardo Coutinho y Lucia Muriat.

En cartelera, por mencionar una función que contó con la presencia de la directora Lucía Muriat, se encuentra en exhibición el filme titulado “A Nação que não Esperou por Deus ” (la nación que no esperó por Dios) , que es la segunda parte de una película dirigida por ella misma titulada “Brava gente brasileña” en donde quince años antes y de la mano de los indígenas fue posible darle un toque de acción, y por ende muchos aspectos ficticios, pero bastaba para dar a conocer las formas de vida de la tribu de Kadiwéu.
En 2013 la directora convoca a la misma aldea, esta vez con afán de realizar un documental, llevándose una gran sorpresa al percatarse de que la comunidad que había visitado había cambiado más de lo esperado. Kadiwéu es una tribu que además en los años treinta Claude Lévi-Strauss (antropólogo y etnólogo francés) también observó, cuando apenas llegaban a los 200 habitantes; en la actualidad rebasa los 1200, que además han sido, a pesar de su lejanía con otras comunidades, víctimas del consumismo.
La directora en un principio pensó, al igual que Lévi Strauss, que había sido testigo de una tribu que ya no existía, que había perdido su identidad, y que, debido a la necesidad de tener contacto con otras comunidades, había perdido parte de su autenticidad. Pero su perspectiva cambió al convivir con la comunidad nuevamente, al apoyar a los líderes que buscan que los terratenientes no restrinjan aún más los recursos que tienen.
En el filme se muestra la forma de organización de la comunidad para volverse autosustentables, la lucha de los líderes para ganarse su lugar, como es el caso de Ademir Matchua con quien la directora logra entablar una confianza a tal grado que la convierte en testigo de la forma en la que los terratenientes pretendían callar las voces de los indígenas.
Lamentablemente, Ademir Matchua fue asesinado cuando el filme ya había concluido su producción, víctima de los enfrentamientos con los terratenientes.

Lucía Muriat no buscó evidenciar un aspecto específico de Kadiwéu, sino evidenciar los problemas a los que los indígenas- no sólo en Brasil- se enfrentan.
Destaca, además, que realizar la película le ayudó a darse cuenta que la identidad indígena no está determinada por la manera en que se visten, lo que comen o el transporte que utilizan (la sustitución del caballo por la motocicleta) o la música que se escuche, sino que la identidad se forma por muchos más factores, y concluye que la tribu Kadiwéu se sigue percibiendo como indígena y se siente orgullosa de serlo.
Aunque claro, acepta que sí se ha mostrado una migración a las ciudades que ha ocasionado, al menos en esos migrantes, un cambio en la percepción de si mismos como indígenas.
A Nação que não Esperou por Deus muestra un panorama que naturalmente vemos en estudios antropológicos; un involucramiento que pocas veces en el cine más “comercial” se da, pero que gracias a la semana de Brasil en la Cineteca Nacional y el festival Internacional, en donde habrá una presentación de cine alemán, tenemos la facilidad de adquirir y conocer su cine y conocer su gente, así como de comparar, construir y compartir el conocimiento.
Aún tienes la posibilidad de disfrutar tu fin de semana empapándote de arte, de cultura y de conocimiento. Ojalá lo disfrutes tanto como yo.