"México, entre la división política y la unidad nacional"

El día de ayer, 12 de febrero, aproximadamente 12 mil hombres y mujeres salieron para invocar la unidad nacional, aquella que nos pone la piel chinita y nos provoca unas ganas increíbles de cantar el Himno Nacional cada vez que juega la selección mexicana (léase de forma sarcástica), esa misma unidad nacional que, de manera “ingeniosa” promovió Enrique Peña Nieto con el famoso “hecho en México” presentado en una cadena hotelera nacida en Estado Unidos (esto no es sarcasmo, es real) e hizo que nos diéramos cuenta sobre la importancia que tenía cerrar filas ante un enemigo externo, Donald Trump.

Todo parece congruente, la unidad de un pueblo para hacer frente a las crisis exteriores, pero el tema viene cuando te cuestionas, ¿sobre qué gira esa unidad? Puede ser en las instituciones; sin embargo, en México las reglas del juego superan la institucionalidad. Todo puede girar en un sentimiento patriota, pero eso pierde fuerza cuando las divisiones políticas intervienen y todo se vuelve una lucha de egos.

Desmenuzar esta división nos tomaría otras diez cuartillas, pero el punto central es cómo compaginar tan marcada división política y la necesidad de estar unidos, cómo hacerles ver a los “políticos” que lo importante no es 2018, sino el presente, es atacar hoy la crisis para no sufrir mañana. México tiene un gobierno reactivo, pasivo y que apenas va aprendiendo, es tan lento que fueron a negociar el muro y antes de llegar a la sala de juntas ese muro ya estaba en obra negra, increíble.

La distancia entre la clase política y los ciudadanos de a pie es inmensa y el día de ayer hubo un intento de acercamiento que se fue desinflando para terminar siendo un “intento” de unidad que sucumbió en las garras de la división política. Dirán que “la forma es fondo” y para estar unidos hace falta humildad de algunos e inteligencia de otros.

¿Qué piensan ustedes? Se los dejamos de tarea.

Excelente inicio de semana, lector.