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"Medalla Belisario Domínguez, ¿cuchillito de palo?"

  • Miguel Ángel Méndez
  • 15 oct 2016
  • 2 Min. de lectura


Tal y como decían nuestros abuelos, “pareces cuchillito de palo, no cortas, pero cómo chingas”. O al menos eso parece que es lo que han demostrado los senadores en la última semana, en puerta de entregar la Medalla que conmemora al prócer asesinado en 1913, Belisario Domínguez. El debate comenzó luego de que muchas voces parlamentarias han declarado la intención de galardonar a Gonzalo Rivas, que como mucho recordaremos, evitó la tragedia de la gasolinera en los últimos días del 2011, al cerrar una bomba que podría tener efectos mayúsculos.


Los senadores han señalado que la valentía demostrada por Rivas responde a los fines que tiene este reconocimiento, que, de acuerdo a la Comisión encargada, se entrega a quien haya hecho un servicio excepcional al país en el campo de la política, el activismo social, las ciencias, las humanidades o las artes.


¿Cuál es el problema de entregar la Medalla a Gonzalo? Para empezar, la propuesta del galardón fue hecha por el fallecido escrito y líder del movimiento de 1968, Luis Gonzalez de Alva. El problema es que se han señalado que es una manera para desacreditar al movimiento que encabezan los padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa. La candidatura a esta presea ha recibido críticas tanto positivas como negativas. Algunos columnistas han dejado claro que es necesario que los senadores no se acobarden y entreguen el mérito a un mexicano que salvó vidas.

El abogado de los padres de los normalistas, Vidulfo Rosales señaló en una entrevista al periodista Ciro Gómez Leyva que se debería, además de entregar la Medalla al encargado de la gasolinera, también a los dos normalistas que murieron durante ese día. El problema es que lo senadores han dejado claro que la vida de Gonzalo Rivas evitó una catarsis.


Es claro que los senadores reconocen los méritos ciudadanos; sin embargo, el entregar una Medalla a un personaje, anónimo hasta ahora, que nadie recordaba sino fue por Gonzalez de Alva, nos hace preguntarnos: ¿Los senadores se está entregando a la histeria colectiva? ¿En el futuro reconocerán a cada uno de los normalistas que desaparecieron hace dos años? ¿Honraran la memoria de Luis González de Alba, cumpliendo su último deseo? Esta son preguntas que salta al ver el debate y los dimes y diretes que tienen políticos y comunicadores.


Pero además de Gonzalo Rivas, existen otros candidatos que poco se han mencionado:


El Grupo Parlamentario del PAN ha postulado, de manera post mortem para variar, a Manuel Clouthier, y Alonso Lujambio. Hasta hoy, otros nombres que aparecen son: el cineasta mexicano Alejandro González Iñárritu, Manuel Velasco Suárez, el escritor Fernando del Paso, el arquitecto Teodoro González de León, Juan Francisco Ealy Ortiz, dueño del periódico El Universal y hasta la misma senadora Layda Sansores San Román.

Las propuestas están en la mesa. El problema es que la tradición consistía en entrega la medalla cada 7 de octubre, para conmemorar al Senador Chiapaneco y su legado, pero ahora se ha vuelto un coto de poder y de politiquería barata.

 
 
 

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