"Hillary 1, Trump 0"
- Alberto Ortíz
- 29 sept 2016
- 2 Min. de lectura

A esta hora ya se habrá dicho mucho sobre el debate entre Hillary Clinton y Donald Trump. Existen encuestas que dan por ganador a un candidato, sin embargo, tendríamos que saber la metodología por la cual se le otorga el triunfo.
Hasta el momento, ni los teóricos ni yo tenemos las respuestas exactas para determinar cuantitativamente el porcentaje de ventaja sobre uno y otro ya que se trata de una materia cualitativa. En ese contexto, aplaudo la labor de las casas encuestadoras que recogen la opinión pública de todo el país, casa por casa, persona por persona al finalizar el debate para dar un resultado contundente.
A bote pronto: las encuestas son una herramienta de los partidos para manipular a la "opinión pública" (que para mí no existe) y hacerles creer que van ganando. No hay empresa objetiva ni creíble que realice encuestas. Fallaron en México, en Inglaterra con el Brexit y desde luego en Estados Unidos.
Metodológicamente, es imposible medir la "opinión pública" y dar por ganador a un candidato luego de un debate. Lo que sí podemos evaluar es la calidad de argumentación y sobre todo la comunicación no verbal. Es más, si reprodujeras este debate sin sonido y fijaras tu atención a los ademanes y gesticulaciones, te dirían más que la palabra.
Los que nos dedicamos a la comunicación sabemos (y ahora tú) que el 70 por ciento de lo que comunica es lo no verbal.
Así, como diría Jack "El Destripador": vamos por partes.

Hilary- vestimenta roja. El color per se significa calidez, fuerza. El modelo de traje fue sencillo, con pantalón, imitando el estilo de Margaret Tatcher porque en la política se tienen que tener pantalones y "a donde fueres, haz lo que vieres".
La experiencia (no sé si buena o mala) en enfatizar la palabra con sus ademanes. Respetó tiempos, atacó cuando se debía, le entró al tono de burla, sonrió, tragó sapos con respecto a situaciones incomodas y concentrada a pesar de tener como público a una de las mujeres del pasado de Bill.
Trump- corbata azul. Color que connota frialdad. Interrumpía cada que podía tanto a Hillary como al moderador. Respondió a los cuestionamientos, pero en dos ocasiones se perjudicó; no pensó antes de contestar. Lucía con un semblante enojado, inquieto, poco tolerante, uso desmedido de las manos y lo más importante: la despedida.
Tanto Clinton como Trump se acercaron al moderador al finalizar el encuentro. Mientras que Hillary se acercó a sus simpatizantes, Donald prefirió agruparse en familia y retirarse. Eso que no se cuenta, cuenta mucho, dicen por ahí.
La cercanía con la ciudadanía es vital, más si se trata de un proceso electoral y más si el encuentro es en un debate y televisado a nivel mundial. A Trump no se le debe olvidad que es candidato las 24 horas del día y que todo lo que diga, piense y haga es observado por todos.
Para ser el primer encuentro, argumentativamente y visualmente me quedo con Clinton. La producción me pareció adecuada, sobria, patriótica, simple... un moderador afroamericano, fluido y creíble.
Después de este primer ensayo, tienen ambos candidatos dos ejercicios más para corregir errores y mejorar. Supliendo la falta metodológica para dar por ganador a uno u otro, utilizaremos el lenguaje del soccer y diremos que Hillary va 1-0 aventajando a Trump.