"EL FUTURO DE BERNIE SANDERS, Parte 2: PREDICCIONES"
- Hristo Torres
- 9 sept 2016
- 3 Min. de lectura

En la primera parte de este artículo, se describieron los posibles escenarios para Bernie Sanders si hubiera obtenido la candidatura del Partido Demócrata y ciertas predicciones sobre su desempeño como Presidente de Estados Unidos. Al respecto, se concluyó que lo más probable es que aunque hubiera aplastado a Donald Trump en las elecciones, su labor en la Casa Blanca habría sido más bien decepcionante, lo cual se atribuyó a una variedad de factores. En esta segunda parte, se pretende analizar cuáles son las alternativas reales de Sanders ahora que ha quedado fuera de la contienda presidencial, y de qué manera puede alcanzar los objetivos de su “Revolución Política”.
Previo a la elección de Tim Kaine como el Vicepresidente de Hillary Clinton, algunos sugirieron la posibilidad de que Bernie ocupara ese lugar. Sin embargo, esta opción, además de improbable, hubiera sido inefectiva. Hillary y Bernie no concuerdan en muchos puntos de su política; su batalla por la nominación fue sumamente aguerrida y el discurso antisistema de Sanders va totalmente en contra de todo lo que representa Clinton. Verlos hacer campaña juntos hubiera sido tan incómodo como escuchar a Trump hablar sobre las virtudes de su hija Ivanka.
Además, el rol de Vicepresidente rara vez tiene verdadero poder político, cumpliendo funciones más bien ceremoniales e incluso, dependiendo de la relación entre Presidente y Vicepresidente, de consejero. En la práctica, el Vicepresidente funciona como una especie de “seguro” en dos vías. La primera ocurre durante la campaña y la segunda una vez que se ha ganado la elección. El objetivo principal del compañero de fórmula durante la campaña es asegurar votos, ya sea con un sector en particular de la población o ayudando a ganar un estado decisivo. Alternativamente, si se logran ganar las elecciones, el Vicepresidente debe ser alguien en quien pueda confiar en caso de que el Presidente quede indispuesto por cualquier razón.
De esta forma, tener a Bernie como compañero de Hillary no solo hubiera sido desagradable a los sentidos, sino también poco práctico. Mientras que Kaine ayuda a asegurar Virginia -un estado de batalla- y a mejorar la posición de los demócratas con la población católica y latina, Sanders no contribuye con ningún punto particularmente importante. Los dos estados en los que tiene mayor presencia (Vermont y Nueva York) son bastiones demócratas y no hay un grupo social específico al que pueda apelar.
A esto se le suma el factor de la edad de Bernie. El revolucionario de los jóvenes cumplirá 75 años en septiembre.
En caso de que Clinton quedara indispuesta dentro de uno o dos años, por cualquier motivo, y Bernie tuviera que fungir como presidente interino o asumir el cargo por completo, ¿realmente se le podría confiar la Presidencia de los Estados Unidos a un octogenario? Por supuesto que no, y no porque se dude de su capacidad o lucidez, sino de su esperanza de vida, por crudo que pueda sonar esto. Nadie quiere tener que reemplazar a dos presidentes en un solo término.
El propio Sanders está consciente de su edad y de la limitada carrera política que le queda por delante, por lo que si desea continuar con su movimiento y revolucionar a EEUU, debe de actuar ahora que aún tiene tiempo y que los reflectores aún voltean a verlo.

Por todos estos factores, se puede entender la presentación el pasado 24 de agosto de Our Revolution, un proyecto que pretende continuar con lo construido durante la campaña y que será la principal plataforma política de Sanders en los próximos años. Our Revolution es una organización sin fines de lucro que busca educar políticamente a la población, a la vez que recluta y apoya candidatos a cargos gubernamentales a nivel local, estatal y federal, sin llegar a ser un partido.
Si bien es pronto para hacer juicios de valor sobre esta iniciativa, es importante reconocer que el proyecto es bastante interesante, pues aunque la atención de los medios y de la opinión pública se centrará los próximos meses en la carrera por la Casa Blanca, no debemos de perder de vista a Bernie, ya que seguramente seguirá influyendo en la agenda política de Estados Unidos, así como lo hizo durante el pasado año. Si algo es seguro, es que el papel de Sanders será un factor significativo para inclinar la balanza a favor de uno de los candidatos.
Para Bernie, paradójicamente, esto apenas inicia.
Lee la primera parte de este seguimiento aquí.