"[DES] CALIFICACIÓN OLÍMPICA MEXICANA"
- Héctor Balmaceda
- 18 ago 2016
- 3 Min. de lectura

Escuchaba la tarde del 2 de Agosto a un comentarista deportivo, de esos que pareciera que nunca saltaron a la cancha o sudaron haciendo algún deporte, hablando sobre ‘las connotaciones’ de estos Juegos Olímpicos. Absurdo lo que salía de su boca, es lo que puedo resumir. Hablaba del prestigio mexicano y la importancia que tienen los juegos para la imagen de México ¿Cuál imagen? ¿Cuál explotar?
El gobierno mexicano solo sabe promover la imagen de México como destino turístico por su biodiversidad, por sus sitios arqueológicos, por sus poblados mágicos (no pueblos, puesto que pueblo es una palabra con connotaciones antropológicas y políticas), por sus ciudades emblemáticas o por su vasta cultura (como si fuera una única y homogénea).
Eso no ayuda mucho a la concepción que se tiene de México y de los mexicanos en el exterior. Dirán que eso qué, que qué nos importa lo que piensen de nosotros, que no vivimos de eso. Eso dejemos que aplique para nuestro fuero interno. En cuanto a política exterior y diplomacia, es distinto, más en su categoría deportiva.
El poder ejecutivo no es el único ente mexicano capaz de ejercer diplomacia, pero la diplomacia es el ejercicio de la política exterior, y esto sí es competencia del ejecutivo, por lo que la diplomacia desarrollada por otros entes se le conoce como paradiplomacia.
El congreso, las universidades o las agencias gubernamentales, como la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (CONADE), son entidades que, sin intervención vertical de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) y con su contacto más allá de las fronteras, se convierten en entes diplomáticos, pues de alguna forma representan al Estado mexicano.
Esa paradiplomacia que la CONADE debería bien desarrollar se le conoce como diplomacia deportiva, instrumento que, en teoría, funciona para posicionar al Estado mexicano (entiéndase Estado como México, no como gobierno, es diferente).
El gobierno mexicano, a través de la CONADE, tiene que prestar todo el apoyo requerido para fomentar el desarrollo académico y deportivo de los atletas que representan al Estado mexicano; no obstante, los recursos que deberían ser focalizados, son malversados.
¿Cómo se pretende enviar una delegación (deportiva y paradiplomática) sin el debido apoyo hacia esta? El gobierno mexicano y la CONADE no tienen la calidad ni la autoridad moral para esperar de los atletas nada, menos para pedir que representen al Estado mexicano.
A punto estuvo el Comité Olímpico Internacional de retirar a los atletas mexicanos su calidad de investidura mexicana y, con ello, dejar de representar a México en los Juegos Olímpicos. Eso hubiese sido atroz, añadiendo lo atroz que se ha desempeñado la CONADE para con los atletas.
Con lo anterior, quiero trasmitir la poca o nula visión que tiene el gobierno mexicano en cuanto a diplomacia deportiva y el carente interés en los Juegos Olímpicos, porque, como es sabido, desde el cierre de la época dorada de la política exterior mexicana, el gobierno toma por juego la diplomacia.
Diría mi abuela, quien ejerció el cargo de profesora de primaria durante 30 años: “El secretario de Educación Pública debería ser egresado de la Normal”. Cuánta razón, y eso aplica para la CONADE, cuyo titular, Alfredo Castillo, poca relación tiene con el deporte en México.

Incluso la CONADE ha retirado apoyos económicos para que los atletas se presenten a justas internacionales, dejando a su suerte a estos, con la esperanza de encontrar los recursos en los ciudadanos de a pie, mecenas, ciudadanos que pagan impuestos, que deberían ser canalizados a su preparación.
Siendo así, la CONADE ni sirve como agencia de viajes, tal como afirma Castillo que es. Además, la cancelación del mundial de natación Guadalajara 2017 tuvo como consecuencia una multa a la CONADE por parte de la Federación Internacional de Natación (FINA), multa que Castillo niega pagar, haciendo notorio su ignorancia y desinterés por la diplomacia ¡Bonita imagen está forjando!
Otra dependencia que tendría que interceder favor de los atletas y de la diplomacia deportiva sería SRE, pero no veo que coadyuve en mucho.
El Comité Olímpico Mexicano no es una dependencia del gobierno, es una suerte de organización civil con patrocinadores, pero como los Olímpicos, al menos en México, no se perciben como negocio, pues no es un ámbito lucrativo y exitoso como los torneos nacionales de football.
Ni siquiera las televisoras más poderosas de México se dignaron a transmitir las competencias, y eso que existe un torneo de balompié en Río 2016.
Hablando mal del deporte anterior, la selección nacional mayor tampoco figura como un eficiente ente paradiplomático; no olvidemos las recientes Copa América y Copa Oro…
Como la Federación Mexicana de Futbol (FMF) es un consorcio, tampoco vale la noción de diplomacia deportiva.

Cuando en México se entienda y se comprenda que lo verdaderamente importante es ganar y no competir, en ese entonces se dejará de tener una actitud mediocre, en todos los sentidos, inclusive en el diplomático y geopolítico.