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"APARIENCIAS, DESUNIÓN Y RETOS: EL PANORAMA DE LA IMPROBABLE CANDIDATURA DE TRUMP"

  • Diego Díaz y Hristo Torres
  • 10 ago 2016
  • 3 Min. de lectura


Lo inimaginable se volvió realidad. La candidatura del magnate estadounidense se consumó. Donald John Trump se convirtió en el candidato oficial del Partido Republicano para los comicios presidenciales del próximo 8 de noviembre.


Trump y su candidatura lograron lo que hace algunos meses era improbable, pero el camino del Great Old Party (GOP) y del nuevo candidato, lejos de aclararse, se vislumbra complicado y lleno de retos.


La Convención Republicana estuvo llena de tropiezos y controversias, evidenciando los grandes obstáculos que aún enfrenta la campaña de Trump. Entre todo lo criticable durante la conferencia, desde la gran falta de minorías presentes hasta el controversial discurso de Ivanka Trump, esposa de Donald, pasando por la exigencia de celebrar una votación libre de los delegados, la reunión proporcionó un vistazo de lo que se aproxima para el neoyorkino.


En este texto se identifican tres problemas prioritarios en la campaña “Make America Great Again”, los cuales deberá afrontar y superar si desea tener una oportunidad de vencer a Hillary Clinton a finales del año.


La primera es fortalecer la imagen del candidato a la Vicepresidencia, Mike Pence, gobernador de Indiana. Si bien la decisión fue audaz al elegirlo como compañero de fórmula, esta no viene acompañada de una buena cantidad de retos. Primero, Pence es poco conocido fuera de su estado, e incluso dentro de este, sus índices de popularidad son bastante bajos.



Asimismo, parece tener poca química con Trump y su personalidad aburrida queda opacada a lado del enérgico bocón. Evidentemente, Trump y Pence no son amigos, son aliados. Si desean llegar hasta la Casa Blanca, tendrán que trabajar en su presencia juntos o diseñar una estrategia en la que a través de apariciones por separado puedan aprovechar las fortalezas de cada uno.


Por otro lado, la elección de Pence no cumplió con las expectativas esperadas durante la Convención. El gobernador de Indiana representa el único puente dentro de los muros que el señor Trump desea construir, pues su objetivo de ayudar a unificar al partido no ha funcionado tan bien como podría desearse. Lo que nos lleva al siguiente gran obstáculo para la campaña de Trump.


El segundo objetivo pendiente es alcanzar la tan ansiada unidad del partido. Pence era el encargado durante la conferencia de motivar al establishment de su partido y concentrar a los sectores más conservadores del mismo detrás de Trump. Sin embargo, muchas grandes figuras del GOP no se presentaron. Por ejemplo, los expresidentes republicanos George y George Walker Bush brillaron por su ausencia durante la Convención. La figura de Pence tampoco logró calmar las protestas dentro y fuera del Quick Loans Arena, con consignas como “Never Trump”.



Clara muestra de la desunión que vive el GOP es el resultado del discurso de Ted Cruz, otrora rival de Trump por la nominación republicana. Cruz, un senador ultraconservador de Texas bien establecido dentro de la estructura del Partido Republicano, había dicho con anterioridad que respaldaría al candidato oficial. Sin embargo, había postergado esta importantísima acción durante meses, y se esperaba que lo hiciera durante su participación en la convención. No fueron pocos los que, indignados o simplemente fastidiados, reclamaban a Cruz que diera su visto bueno a Trump. “No soy un cachorro servil” y “No voy a respaldar a alguien que ha insultado a mi familia” son las dos frases de Cruz que destacaron durante la noche del martes.


El hecho que una figura con una carrera política verdaderamente prometedora como Cruz se rehusara a alinearse detrás del candidato oficial, es una muestra más de la división del GOP, como si el resto no fuera suficiente.


Por último, Trump deberá trabajar en el electorado que el ex candidato demócrata Bernie Sanders posee, ya que ambas figuras representan el factor outsider que hoy un gran sector de la población busca, especialmente los electores jóvenes. Al retirarse Sanders de la contienda, queda como única opción antisistema la de Trump. Los indecisos serán protagonistas en lograr inclinar la balanza hacia una dirección, radicando ahí la importancia para Trump de arrebatar la mayor cantidad posible de votantes a Clinton en este sector.


Si Donald Trump busca realmente competir contra Hilary Clinton deberá atender estos desafíos, pero, sobre todo, deberá iniciar su campaña presidencial dentro de su mismo partido y así demostrar un auténtico liderazgo, unión y fuerza. No hay que olvidar, a final de cuentas, que dentro del sistema electoral estadounidense quien gana la elección no necesariamente quien consigue más votos populares.

 
 
 

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