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"REFLEXIONES CRÍTICAS"

  • Omar Eluani
  • 11 jul 2016
  • 4 Min. de lectura

1.

El movimiento popular-magisterial nos está dando lecciones inigualables. En la ahora llamada Ciudad de México, la Sección Nueve y algunos valientes de la Sección 10 se han sumado al paro nacional de muchas formas: desde mantas y letreros hasta cerrar sus escuelas, en colaboración con los padres de familia. La organización y participación activa de los padres, a su vez, ha logrado desactivar la empresa que se había propuesto organizaciones como Mexicanos Primero.


Las redes de solidaridad se han vuelto muy extensas. Mensajes y acciones en todo el territorio nacional y en varias partes del mundo son la noticia en las redes sociales todos los días: bloqueos en las principales carreteras y avenidas; la toma de consulados en Europa; los mensajes del Ejército Popular Revolucionario (EPR), el apoyo del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), el de los padres y madres de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa y los diferentes pueblos y comunidades en resistencia como San Francisco Xochicuautla, San Francisco Magú, Atenco, Ostula en Michoacán, Bachajón en Chiapas y muchos más.


Otro ejemplo han sido los encuentros y las acciones de protesta posteriores a la masacre en Nochixtlán. Pueblos de las siete regiones de Oaxaca se han pronunciado a favor de sus maestros y contra la reforma educativa. Ahora son 54 pero dicen que serán los 570 municipios oaxaqueños.


El movimiento se ha legitimado en pocos días al desmentir constantemente al gobierno federal principalmente contra la noticia del desabasto en el estado y las amenazas del Secretario de Gobernación Osorio Chong. Las reprimidas y silenciadas radios comunitarias son quienes han tenido un papel importante en esta organización en los municipios tanto en Oaxaca, Guerrero y Chiapas.


La lección que nos enseñan los profesores y las profesoras es que en cualquier momento es necesario ser pueblo y organizarnos para resistir, haciéndolo igual que los pueblos, comunidades y barrios originarios y/o indígenas: construyen lo común, hacen comunidad, defienden lo propio frente a lo ajeno; defienden su territorio y de la misma forma los pueblos quieren a sus maestros.


Se defienden contra el despojo de sus ríos, mares, montañas, bosques, memoria, conocimiento e intelectuales del capitalismo neoliberal y financiero.


Pero, ¿por qué? La mayor parte de los maestros y maestras de la Sección 22 provienen de los 16 grupos etnolinguisticos de Oaxaca, y a pesar de sus obligaciones como docentes, muchos responden a lo que les piden sus comunidades: ejercen cargos en comités de salud, educación, seguridad o limpieza; son autoridades municipales, mayordomos o topiles, y hacen tequios (labor obligatoria y sin remuneración de carácter comunitario). Responden a la reciprocidad, el respeto y el trabajo que dan sus núcleos comunitarios.


Claro resultado de esta relación es la alternativa a la propuesta de la Reforma Educativa, el Plan para la Transformación de la Educación de Oaxaca (PTEO) que busca responder a la comunalidad oaxaqueña, es decir, la forma de autodeterminación existente en las comunidades, pueblos y municipios que se rigen por Sistema Normativo Interno.


¿En la ciudad puede existir una forma de hacer comunidad, de construir lo común? La respuesta es sí. Los pueblos, colonias y barrios originarios de la Ciudad de México son un claro ejemplo: Tepito, la Merced, Xochimilco, Milpa Alta, Tláhuac, Mixcoac, los vecinos de los Pedregales de Coyoacán son solo algunos ejemplos. Se lucha contra las inmobiliarias, contra el extractivismo, por agua y por vivienda. ¿Entonces que esperamos? Aprendamos del otro para organizarnos.



2.


Hoy en día, ningún partido político o personaje público ha podido encausar el cada vez mayor descontento social existente en el país. La corrupción, el asistencialismo, el terror y las practicas corporativistas no han sido lo suficientemente fuertes como para acabar con el movimiento popular. Claro ejemplo es la nefasta participación del Movimiento de los Trabajadores por el Socialismo (MTS) en la socialdemocracia como agrupación política nacional, haciéndose llamar anti-capitalistas y utilizando un trotskismo rebasado realizaron una campaña para ingresar a la cúpula del poder y tratar de modificar todo para que nada cambie.


Ni siquiera Andrés Manuel López Obrador con su claro oportunismo en la movilización nacional en defensa de la educación del 26 de junio del 2016 logro su cometido. La CNTE se deslindó de su marcha y avanzo, pese al disgusto de los militantes y acarreados de MORENA, codo a codo con las dignos padres y madres de los normalistas desaparecidos desde el Anti-monumento en Reforma.


Es muy probable que por fin se le dé a AMLO la presidencia, pero no hay que confiarnos. Con buenas intenciones o un discurso bonito no se cambian las cosas y dejar en claro que se enfrentara a un sistema político que nació a través de un colonialismo interno que reproduce relaciones socio-afectivas machistas, racistas y fundamentalistas. Por lo tanto, tenemos que mirar con ojo crítico las prácticas populistas y progresistas en Brasil, Bolivia, Ecuador y Perú, que han aprobado las mismas prácticas de despojo y terror hacia los más marginados, los pueblos y comunidades indígenas, los barrios y colonias de los pobres en las ciudades. El Estado, por más que cambie de color y de forma siempre será colonial.


3.


No nos queda de otra más que aprender a organizarse uno mismo, en su casa, en su calle, en su colonia, barrio o comunidad, y no confiarnos en que nos dé siempre todo el Estado o los partidos políticos, ya que ellos, al fundamentarse en el liberalismo político, siempre defenderán la igualdad ante la ley y la propiedad privada, relegando a segundo o tercer plano la libertad y la fraternidad.


El movimiento popular-magisterial no solo lucha contra la imposición de un nuevo contrato de trabajo mal llamado Reforma Educativa, sino contra todo un proyecto civilizatorio que defiende a capa y espada el capitalismo y los poderosos de arriba.


Esta es nuestra batalla hoy en dia. Una más dentro de la Cuarta Guerra Mundial, como diría el finado Sub-Comandante Marcos; una guerra del capitalismo contra la humanidad. Una guerra de los de arriba contra los de abajo.

 
 
 

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