"La crisis partidista"
- Metrópoli Digital
- 11 jul 2016
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Durante los últimos meses, sino es que años, algunos partidos políticos como el Partido de la Revolución Democrática y más recientemente el Partido Revolucionario Institucional, se han visto aplastados por una pesada losa de mediocridad, corrupción e intereses individuales que poco aportan a la colectividad que debería tener una organización política de cualquier tipo.
Seamos sinceros, tú que lees esto y nosotros que damos una opinión, ¿los partidos políticos siguen siendo una alternativa para llegar al gobierno? Seguida de esta pregunta nos deberíamos cuestionar: si nuestra respuesta es “sí”, ¿alternativa para quién?; si la respuesta fue “no”, ¿cómo deberíamos organizarnos para gobernarnos?
No tenemos respuesta aún, pero lo que sí sabemos es que la clase partidista está en debacle y las cúpulas de aquellos partidos en terapia intensiva no saben ni para dónde moverse. Por un lado, el PRD ya intentó mucho y sus tribus aún no saben cómo salvar al partido para el 2018, y sus acuerdos con el PAN poco le ayudan si el partido blanquiazul se lleva todos los reflectores. Por el otro lado tenemos al PRI, que sufrió su peor derrota electoral en la historia del partido, la cual le costó la chamba al “moches” (Beltrones).
Sin duda, la caída de la clase política partidaria ha permitido que otras formas de participación crezcan; por ejemplo, las candidaturas independientes, que son una clara respuesta a la poca representatividad que tienen los partidos políticos, y que se muestran como una clara alternativa de incidir en la vida pública del país.
El sistema electoral en el que vivimos hoy no desaparecerá, pero tendrá que evolucionar, sin duda. Los partidos políticos tendrán que sentarse y volver a plantear sus intereses, porque hasta hoy… el interés colectivo tendrá que ser preponderante ante el interés particular o podrán ir cavando su propia tumba.
Tengamos cuidado, porque hay partidos que han sabido aprovechar las crisis de otros y, como sabemos por experiencia, tampoco saben gobernar.