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"ENTRE POLVOS DE HADAS Y OTRAS HISTORIAS INDEPENDIENTES"

  • Andrés Sánchez
  • 30 jun 2016
  • 4 Min. de lectura

¿Cuándo dejamos de ser niñas para convertirnos en fetiches de madera con alas de mariposa? Se oyó de pronto en el escenario, en donde Azul, Ámbar y Amatista discutían sobre cuál debía ser el siguiente paso dentro de la agonía constante en la que estaban sumergidas desde que su abuela, o quizá su madre, cayera enferma y estuviera postrada en cama.


Dejarla ir y cesar de desvelarse, cuidarla hasta sus últimos días o seguir imaginando que se recuperará es el debate diario de estas tres hermanas que, entre cuentos de pescadores que se enamoran de sirenas, vuelos mágicos y lágrimas de melancolía, dan vida a una de las obras más importantes de Luis Santillán (Premio Nacional de Dramaturgia 2005): Polvo de Hadas.



Esta obra es presentada por la Compañía Señor Conejo Blanco, una compañía de teatro independiente que ya se ha encargado de esta puesta en escena en dos ocasiones previas, y que ahora se enorgullece en cerrar el ciclo con la última función de esta temporada.


Una cuarta es el ideal, pero tres son razón suficiente para considerarse un logro, sobre todo en un ambiente de teatro independiente, un sector de las artes que se caracteriza por los problemas de financiamiento y presupuesto a los que se enfrenta.


En México, hacer teatro independiente se hace cada vez más común; son bastantes las compañías teatrales que han emergido bajo este concepto y que buscan una posición estable y de éxito dentro de una disciplina que pierde adeptos y que se ha hecho inalcanzable por obra del teatro comercial.


Es, definitivamente, una alternativa más accesible para una sociedad en la que la economía no permite darse el lujo de pagar boletos cada semana, arriba de 500 pesos, para presenciar una función; por lo que sus costos que, normalmente van de los 30 a los 100 pesos, dan la oportunidad de acercarse y disfrutar de historias, actuaciones dignas y bastante aplaudibles.


Son diversos los factores que complican el camino de esta opción de arte y entretenimiento: la falta de gran publicidad y un apoyo mediático que a veces se limita a las redes sociales digitales traen como consecuencia una pobre difusión, que a su vez provoca que (a pesar del gran número de obras y compañías) la gente no sepa dónde se presentan o siquiera que existen; los foros que sirven como escenarios son, por lo general, pequeños o no reconocidos, sobre todo porque es algo que ellos pueden pagar con el costo de los boletos y sus propios recursos; los actores suelen ser principiantes o sin gran fama, aunque eso no limita para nada su talento; además, la carencia de un presupuesto fijo o vasto limita en gran medida el desarrollo de grandes temporadas o una gran producción.


No obstante, las muchas limitantes que se pueden encontrar, el teatro independiente es un semillero de talentos que le da la oportunidad a nuevos actores de catapultarse, seguir aprendiendo y mejorar su técnica; la carencia de iluminación, utilería o vestuario deslumbrante exige más a la imaginación de los productores, directores y cuerpo actoral para que utilicen el escenario de diversas formas e inciten al público a imaginar con ellos.


La calidad del espectáculo ofrecido en esta categoría es inigualable, como lo demuestra Polvo de Hadas, obra en la que un cuarto tapizado de periódicos, tres sillas, algunos objetos más; la iluminación, la música y sus actrices son suficientes para transportarte por un sinfín de escenas que se crean ante tus ojos.



Es por ello que debe impulsarse el desarrollo de compañías como Señor Conejo Blanco y las decenas más que luchan por sobrevivir o por extenderse en territorio nacional. El teatro, y el sector de las artes en general, es un ámbito que se ha descuidado, a pesar de la reciente creación de la Secretaría de Cultura.


Se necesitan más y mejores opciones de desarrollo para las actuales y las nuevas generaciones de actores y artistas escénicos, que vayan más allá de trabajar en las televisoras duopólicas de México o sus dependencias. También es necesario impulsar asistir al teatro como una actividad recurrente y atractiva que tenga como plus un costo justo para la audiencia y para recompensar el trabajo de los que hacen posibles los espectáculos.


Al final de la presentación de Polvo de Hadas, el director y las actrices llevaron a cabo una sesión de intercambio de comentarios con el público, una experiencia que se torna agradable y enriquecedora en el ambiente tan cercano que ofrece la sala del Teatro La Capilla; como conclusión, sobre la razón de su compañía y de su esfuerzo, así como la importancia del teatro independiente, mencionaban: “Lo hacemos porque creemos que el teatro puede cambiar a las personas”.


Y en efecto, sin duda fue una experiencia que transformó y que es característica de una producción en la que el dinero de por medio no es lo importante, sino la reacción que se crea en el público y dejarlo todo en el escenario.


Que la imaginación y amor al drama no termine “cuando [te des] cuenta que el polvo de hada era sólo arena pintada de colores”... que resurja en cada acto, en cada temporada, en cualquier escenario, porque las historias independientes también tienen gran impacto.

 
 
 

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