top of page

"CAMPAÑAS NEGRAS: MEMES BRILLANTES Y POLÍTICA PERCUDIDA"

  • Patricio Patiño
  • 9 jun 2016
  • 4 Min. de lectura

Se considera una campaña negra a aquella estrategia promocional dedicada a ensuciar la imagen de los adversarios políticos, con independencia de que las acusaciones lanzadas sean o no verdaderas. Las tácticas de las que se sirve una campaña de esta naturaleza cabalgan entre la difamación, la calumnia, la libre expresión, la inconformidad, la ilegalidad, la denuncia, la oposición y la protesta.

Por la dificultad para dirimir responsabilidades, además de su efectividad mediática y alto rendimiento electoral, las campañas negras viven un comprensible auge en la presente era de la información. Por supuesto que en México, los candidatos no se quedan atrás en su uso.

Este 2016, una pléyade de campañas negras (virales o no virales, violentas y no violentas) han condimentado el último proceso comicial. ¿Será posible que, con el apogeo que han adquirido, este tipo de estrategias se consoliden como un medio necesario de las campañas mexicanas? A continuación te presentamos tres casos.

Tamaulipas

Es conocido que el PRI acusó en diversas ocasiones al candidato del PAN Francisco García Cabeza de Vaca de haber pactado bajo la mesa con el narcotráfico. Hoy los resultados muestran una amplia ventaja (más de diez puntos porcentuales) de este último sobre el abanderado tricolor. A pesar de ello, los desfavorecidos ya anuncian que impugnarán el proceso.

De este caso sería bueno tener en cuenta que nunca había habido alternancia en el estado, el Revolucionario Institucional había conservado este bastión desde hace más de ocho décadas. Igualmente resalta que sobre algunos de sus exgobernadores sí pesaban acusaciones formales en torno a nexos con el crimen organizado.

Al respecto vale la pena mencionar tres sucesos. Las investigaciones abiertas en México y Estados Unidos contra Tomás Yarrington (1999-2005) y Eugenio Hernández (2005-2011); el asesinato de Rodolfo Torre, hermano del actual gobernador priísta Egidio Torre; y, la más relevante a efectos de este artículo, la acusación contra Cabeza de Vaca de nexos criminales, en plena campaña de 2016.

Esta acusación, que sin problemas califica como campaña negra, tuvo como telón de fondo la fabricación de evidencia y una ola de rumores impulsada desde el oficialismo en la entidad. Es famosa una foto alterada que circuló en redes (donde presuntamente se exhibían grupos armados vinculados al panismo) de la que el tricolor tuvo que desdecirse al poco tiempo (obviamente, la disculpa alcanzó menor difusión). Sin embargo, el descreimiento no se hizo esperar, las organizaciones ajenas a la campaña del panista también se movilizaron contra el oficialismo, y las urnas confirmaron que la alternancia era la voluntad popular.

Oaxaca

Ampliamente comentado e igualmente trascendente resulta el caso oaxaqueño. En la entidad se hizo lo posible por aceitar la maquinaría priísta y se obtuvieron resultados. Alejandro Murat, el abanderado tricolor (e hijo del denostado exgobernador José Murat) tuvo que basar su campaña en el constante deslinde de su figura paterna, sobre quien pesa una obscura fama, producto de la denuncia social y de la campaña negra de sus adversarios. Aún así, se hizo de la gubernatura con un amplio margen, de aproximadamente 7 puntos.

De Murat padre se sabe que existen investigaciones abiertas en México por supuestas malversaciones de fondos y corrupción, algunas de ellas ligadas también al exgobernador chiapaneco Juan Sabines, del PRD.

Al mismo tiempo, hubo campañas negras contra todas las campañas tradicionales de los contendientes en el estado, que durante estos comicios han dejado el saldo por lo menos diez detenidos (supuestamente personas vinculadas al expresidente municipal de San Cruz Xoxocotlán). No obstante, no es descabellada la lectura que atribuye la denigración de los contendientes del cargo únicamente al hartazgo popular.

En Oaxaca son fuertes los sectores opuestos al oficialismo, como diversas regiones indígenas autónomas, la CNTE y otras organizaciones formales y emergentes en franca oposición al Estado en su conjunto. Mucho menos podemos dejar de mencionar la fuerte presencia que logró Morena a través de estas bases consideradas de izquierda.

Contra estas últimas también cargó el oficialismo a nivel local y a nivel nacional, valiéndose de todo tipo de armamento. No fue extraño ver este proceso acompañado de amplias manifestaciones, tomas de instalaciones gubernamentales, represión policial, y la consiguiente condena mediática. Aún así, Morena y sus bases se alzaron como una de las fuerzas políticas más solventes en el estado.

Veracruz

El mismo 5 de junio fue detenido el senador panista Fernando Yunes Márquez (hijo del abanderado de la coalición PAN/PRD para la gubernatura), en Coatzacoalcos.

Al parecer la policía estatal del priísta estado veracruzano pensaba lograr alguna especie de presión contra sus adversarios. No obstante el senador fue liberado horas más tarde y escoltado por elementos federales fuera de las instalaciones donde le retenían, debido a que a las afueras esperaban supuestos grupos de choque dispuestos a hacerle pasar un mal rato.

A pesar de estos contratiempos y de una fuerte campaña contra los dos candidatos Yunes (pero sobre todo contra Héctor, el abanderado tricolor), el panista se alzó con la victoria por un margen muy pequeño. Tan pequeño que el partido saliente del poder ha anunciado esta elección como otra de las que pretenden impugnar.

En este ambiente de contrapunteo familiar y político sin tregua, parece que uno de los grandes triunfadores es nuevamente el Movimiento de Regeneración Nacional, cuyo candidato logró liderar el recuento en diversos momentos.

En este contexto no es difícil deducir que el éxito morenista se debe principalmente a la capitalización del descontento social hacia el gobierno del estado. Las acusaciones (infundadas y sobre todo fundadas) contra Javier Duarte no han dejado de sumarse desde finales del año pasado, lo que inevitablemente terminó sepultando las aspiraciones priístas de continuidad.

A tal grado llegó la debacle, que Morena ha declarado (quizá también a modo de campaña negra) que el abanderado del PAN y el PRD recibió apoyos ilícitos del PRI, tras ver éste último perdida la entidad, y en un intento de cerrar el paso al creciente partido de López Obrador. Se prevé que en este tono, los morenistas también impugnen la victoria perredista/blanquiazul.

Pero no creas que hemos agotado los casos. Para tu deleite, a continuación te presentamos una galería de memes relativos a estas y otras campañas negras:

 
 
 

PARTNERS

Queda prohibida la reproducción total o parcial de este material por cualquier medio sin el previo y expreso consentimiento por escrito de Metrópoli Digital.

  • Facebook - Grey Circle
  • YouTube - Grey Circle
  • Instagram - Grey Circle
  • Twitter - Grey Circle

© 2018 Metrópoli Digital

 

bottom of page