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"Lo que el viento no se llevó"

  • Alberto Ortiz
  • 18 abr 2016
  • 2 Min. de lectura

En el siglo XIX José María Velasco pintó sobre un óleo el Valle de México visto desde el cerro de Santa Isabel Tola (colonia ubicada en la delegación Gustavo A. Madero). En dicha panorámica pueden observase cerros contiguos, lagunas, nopaleras e incluso los volcanes.

Hoy, a más de 200 años de distancia, ninguno de los elementos señalados son visibles pues desde hace unos días nuestra Capital ha sido invadida por una nube de nata que nos afecta.

Al respecto, las “autoridades” trataron de responder con acciones para reducir los niveles de contaminación pero dejaron en claro que ni sus dependencias funcionan, los titulares de las mismas son incompetentes, los programas del Hoy No Circula son insuficientes y mal planteados, no existe un plan de inversión en el transporte público, hay una ausencia de sanciones a empresas que contaminan, las verificaciones son una farsa, y que la realidad del lema “Ciudad de vanguardia” significa más bien “Ciudad de la cochinada”.

A pesar de que han descendido los niveles de contaminación, el viento no se lleva la deficiencias del gobierno local ni mucho menos nuestra carencia de cultura cívica. También tenemos que reconocer que aportamos al tema de la contaminación cuando no tiramos la basura en su lugar, aventamos las colillas del cigarro en la calle o le subimos a todo volumen a nuestra música.

¿Qué necesita el gobierno central? Trabajar, no hay más. Si existen instituciones dedicadas al medio ambiente, que realicen su función de prevención oportuna; que los titulares den información precisa y no estén timando ni difundiendo información vía redes sociales virtuales; que los programas No Circula se apliquen con o sin contaminación; que el transporte público y camiones de basura, por ejemplo, sean remplazados por unidades nuevas ya que éstos son los que contaminan más que un auto, e incluso, que una motocicleta; que las Secretarías locales hagan un censo de las industrias que no tienen regulado la emisión de gases y se apliquen sanciones.

Hablamos de medidas lógicas y de decisión, algo que a Mancera le está faltando y lo está llevando al hoyo en las preferencias y niveles de aprobación.

No se puede tener una “Megalópolis” vanguardista con gente corrupta, ineficiente y carente de cultura cívica.

Tal parece que la pintura de Velasco será el único recuerdo que tendremos de lo una vez fue la limpia, tranquila y vistosa Ciudad de México.

 
 
 

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