Yo, llamarlos a ustedes, cedemexicanos
- Alberto Ortiz
- 28 ene 2016
- 2 Min. de lectura
El pasado 20 de enero la Comisión Permanente de la LXIII Legislatura del Congreso de la Unión, declaró la constitucionalidad de la Reforma Política al Distrito Federal. Ello fue posible gracias a la aprobación de 23 congresos estatales en los que gobierna el Partido Revolucionario Institucional (PRI) para que nuestro D.F. pase a ser un estado más de la federación cuyo nombre será el de la Ciudad de México.
Según el oficialismo, las ventajas de ser estado es que tendremos “autonomía”; gozaremos de un presupuesto que aprobará el propio Congreso local; el jefe de la policía será nombrado por el Jefe de Gobierno y no el Presidente de la República; se eliminarán las delegaciones y nacerán las alcaldías; y lo más importante: tendremos nuestra propia Constitución de “vanguardia”. Sí, la diferencia es que la nuestra tendrá un hashtag propio, nada más…
Para todo este relajito, el Instituto Nacional Electoral (INE) deberá emitir la convocatoria para integrar al Constituyente de 100 integrantes, de los cuales 60 serán de representación proporcional y podrán incluir a candidatos independientes que elegirán los ciudadanos el próximo 5 de junio; 14 senadores votados por las dos terceras partes de los integrantes de dicha Cámara; 14 diputados, votados por las dos terceras partes de los integrantes de la Cámara de Diputados; 6 diputados designados por el Presidente de la República; y 6 designados por el jefe de gobierno de la Ciudad de México.
En otras palabras, los mismos políticos de siempre, los partidos tradicionales, los intereses, la corruptela, la ineficiencia, las trampas, la incapacidad y la desfachatez de la clase política para atender a las demandas ciudadanas que se generan día con día. Con la inauguración de esta nueva sucursal llamada CDMX, los partidos tendrán más cargos que rellenar con compadrazgos y maneras de endeudar a la ciudadanía.
¿Cuál Reforma? ¿Cuál autonomía? ¿A quién quieren engañar con su trasfondo político-financiero-electoral?

Y para terminar, sólo por subirme al tren del cotorreo, ¿qué gentilicio te gustaría adoptar? ¿Mexiqueños? ¿Xochimilcas? ¿Capihipters? ¿Tenochcas? ¿Cedemexianos?
Aunque nadie se ha pronunciado respecto a este tema, podrían tomar la opinión de Lorenzo Córdova, consejero presidente del INE, el “Gran Toro Sentado, jefe de la nación Chichimeca”, quien ha demostrado que es buenísimo para poner apodos, menos para lanzar la convocatoria y generar verdaderos consensos dentro de la herradura de la “tolerancia”.
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