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"EL NUEVO BANCO DEL MUNDO"

  • Patricio Patiño
  • 25 ago 2015
  • 4 Min. de lectura

Por: Iván Guerrero

Los BRICS, aquel grupo denominado así por la letra inicial de los miembros que lo integran (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) hacen oficial la apertura de un banco internacional y geoestratégico, cuyas aspiraciones pretenden reformar el sistema financiero global y dar alternativas al sistema internacional de ayuda al desarrollo.

Los BRICS se encuentran estrechando copas y haciendo gala de la nueva entidad crediticia que han conjuntamente conformado. Se trata del Nuevo Banco de Desarrollo (NBD), organismo multilateral creado por este bloque de potencias emergentes y que ha comenzado a opera, de manera oficial, hace unos días.

Con sede en la ciudad china de Shanghái, el organismo promete hacer frente al Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), siendo cabeza de ambas entidades Estados Unidos.

El complejo entramado de instituciones financieras internacionales ha sido criticado fuertemente durante estos años tras las recurrentes crisis económicas y los índices de bajo desempeño de la economía mundial. No son para menos estas críticas; las instituciones hoy existentes, en su mayoría fueron creadas tras la Segunda Guerra Mundial, por lo cual, también se pone en tela de juicio la vigencia de estas instituciones.

El NBD el banco surge como una alternativa para obtener financiamientos en proyectos de desarrollo económico. NBD promete, con aire esperanzador, dar un nuevo aliento al sistema financiero y promover acciones que generen proyectos de alto impacto en el desarrollo económico en países de todo el mundo.

La creación del Banco, junto a la creación de un fondo de reserva de divisas era, desde hace tiempo, una idea puesta sobre la mesa del grupo de los emergentes. Sin embargo, no fue hasta julio del año pasado que fue aprobado por todos los miembros, aunque los últimos flecos de las negociaciones se resolvieron hace apenas dos semanas en un último encuentro de los miembros en la ciudad rusa de Ufá.

Este nuevo banco internacional que promete y genera optimismo, contará con un capital inicial de 50,000 millones de dólares, que se verá ampliado hasta 100,000 millones. Esta entidad buscará, como medida urgente, cubrir parcialmente las inmensas necesidades de financiamiento de sus miembros y otros países para construir proyectos de desarrollo y de infraestructura.

Así, principalmente, se tiene contemplado al continente asiático como polo central de operación, debido al volumen tan grande de nuevas iniciativas públicas en torno a proyectos en aquella región.

Desde su anuncio oficial en julio de 2014, el Banco ha sido blanco de especulaciones, principalmente en occidente. Existe mucha gente que lo mira con recelo. Se ha hablado mucho de la falta de credibilidad y si las condiciones que exigen para conceder un crédito son las óptimas. No obstante, ha asegurado a la prensa internacional el presidente de la entidad, el indio Kundapur Vaman Kamath, que el objetivo “no es desafiar el sistema actual, sino mejorarlo y complementarlo a nuestra manera".

Cabe señalar que los BRICS se han quejado reiteradamente de la influencia estadounidense sobre las instituciones existentes, que, en la opinión de estos, las mismas ya no reflejan el nuevo orden económico mundial.

La efectividad de la entidad recién creada como prestamista dependerá de la capacidad de sus miembros fundadores de resolver sus diferencias, cada vez más evidentes, a la hora de gobernarla. En el terreno económico, Brasil y Rusia están en franca recesión, Sudáfrica apenas presenta crecimiento económico y China se encuentra profundamente inmersa en un profundo cambio de su modelo económico. Solamente la economía india, que se estima que crecerá un 7,8% este año, se libra del panorama sombrío entre los emergentes.

En el terreno político, mientras Brasil, India y Sudáfrica son democracias, China y Rusia cuentan con regímenes de corte autoritarios. Esta circunstancia, sin embargo, no ha sido un obstáculo para que los países aumenten sus intercambios comerciales y de inversión durante la última década.

A finales de este mismo año, el NBD comenzará a ofrecer créditos, pese a que aún no se sabe cuál será la forma definitiva en que operará. Los países en vías de desarrollo ven con menor recelo a esta entidad que a sus homólogos de la centuria pasada. Realmente se empieza a ver al banco como un vehículo adicional para conseguir financiamiento.

Debemos estar expectantes, pero la primera sensación es buena. El FMI no solamente pide garantías cuando presta el dinero, sino que, en esas garantías, también determina la política económica que los países deben seguir, en algunos casos son unas condiciones muy duras y en muchos casos inaceptables.

Una certeza indudable es que este nuevo miembro del sistema global de desarrollo tendrá alcance en lugares donde el FMI y el BM no se atreven ni a parar la vista. Tal es así que el viceministro de Finanzas ruso, Sergey Storchak, llegó a plantear a Grecia que se convirtiera en el sexto miembro del banco, aunque la propuesta no llegó a formalizarse ante las dudas de otros socios.

Para China, la puesta en marcha del Nuevo Banco de Desarrollo supone otro triunfo en su particular carrera para ganar más influencia global. La institución creada por los BRICS se suma al recién establecido Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras (BAII), otra entidad multilateral crediticia creada con el mismo fin, y que cuenta entre sus miembros con países desarrollados –claro, con la excepción de Estados Unidos y Japón- y en donde el gigante asiático sí ostenta, de momento, poder de veto.

 
 
 

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