"PARLAMENTO ABIERTO, UN PASO INCOMPLETO A LA TRANSPARENCIA"
- Miguel Ángell Méndez
- 22 jul 2015
- 4 Min. de lectura
@MikeMM86
"Suponer que la tarea de legislar es la principal actividad del legislador, es al mismo tiempo ignorar las potencialidades de una institución política creada para representar, opinar, controlar y legitimar el sistema político en donde se desempeña"
Khemvirg Puente
Uno como ciudadano y como mexicano podría pensar que la oportunidad de conocer las actividades que hacen nuestros representantes a nivel local, y también federal, es una idea impensable, y más con las perspectivas políticas que preexisten desde décadas atrás que no sólo han posicionado a muchos tomadores de decisiones como son los legisladores; en este caso, primero como candidatos predicadores de las causas justas, que luego se transforman en sultanes distritales o estatales, que enclaustrados en su universo no tienen, ni deben rendir cuentas a los ciudadanos que los posicionó y menos presentar información que en muchos casos resulta catalogada como del dominio público.
Es enorme el debate que genera el tema de la transparencia en sectores académicos y Organizaciones de la Sociedad Civil (OSCs); sin embargo, resalta una pregunta: ¿De alguna forma funciona o es necesario que todos los ciudadanos en general sepan lo que nuestros legisladores realizan, gastan y con quienes se reúnen? Yo respondería, para evitar dudas en este trabajo, que sí es necesario y trascendental. Si me pregunta por qué, alegaría siempre a la participación ciudadana mediante la idea de estar informado y mantener no una vigilancia como siempre se han creído, sino un contacto permanente entre gobernados y gobernantes.
Actualmente, la idea de generar un Poder Legislativo transparente es una visión susceptible que debe ser mirada desde su interior. Buscar la apertura de este poder es colocar a la luz un cúmulo de actividades, negocios, y un gran número de ocupaciones, que incluso le podría dar una estructura metodológica a la misma manera de trabajar; en otras palabras, daría forma a una institución con poco diseño.
Un ejemplo de ello podemos encontrarlo en las propuestas hechas por los legisladores para mejorar la estructura cualitativa de las cámaras. De acuerdo con el Sistema de Información Legislativa, desde 2012 a la fecha, en el Senado de la República se han presentado 68 iniciativas que buscan reformar la estructura de la Cámara. El número de asuntos presentados es importante, ya que nos habla del interés de algunos senadores en mejorar la estructura; sin embargo, varias de estas iniciativas presentadas han sido desechadas o retiradas. Sólo el 4% fueron aprobadas. Esto nos muestra un avance, mínimo, pero existente.

Hasta ahora, y luego de que las legislaturas desde 1997 hasta el 2012 han coexistido con diferentes partidos en ambas cámaras, se ha intentado, aunque sin claro éxito, buscar que los legisladores, comisiones y grupos de trabajo asuman una responsabilidad por la transparencia y rendición de cuentas hacia los ciudadanos. Actualmente este proyecto ha generado avances únicamente en el Senado de la República gracias a instituciones conformadas por OSCs, que con brío en recientes años lograron penetrar y ser aceptados para tener una voz que discuta los temas de transparencia con los senadores.
Gracias a la codirección entre las OSCs y el Senado, al día de hoy, ésta Cámara, en los muy contados spots que logra transmitir en televisión, hace la insinuación de trabajar bajo las premisas austeridad, eficiencia y transparencia; sin embargo, en este último tema, con base en datos periodísticos recabados en meses anteriores, pareciera que, a simple vista existe un gran brecha entre la autodefinición que se hace el Senado y la tarea de forjarlo. No olvidemos que, hasta ahora, los representantes estatales han sido objeto de mucha atención debido a diversos cuestionamientos acerca de gastos excesivo en diferentes conceptos (viajes, comidas, personal, entre otros); asimismo, en conceptos más cualitativos como el cuestionamiento del trabajo de las comisiones legislativas.
Hace casi dos décadas, luego de que el partido ‘único’ en la plenitud del transfigurado y nocivo poder tuviera que dar su aceptación forzosa y tras una gran batalla, de que ‘impropios’ partidos y sus grupos asumieran los cargos más significativos en la Cámara de Diputados durante la instalación de la LVII Legislatura (1997-2000), comenzó una etapa de transformaciones internas en el Congreso, mismas que aún no finalizan y que todavía buscan hallar el hilo negro que ayude a lograr una mejor eficiencia y eficacia; y ahora más con el tema de la transparencia.
Existe el compromiso de mejorar a las instituciones y hacerlas mas abiertas para la sociedad, pero sin modificar lo cotos de poder que internamente se tiene. Quiero hacer hincapié en uno de ellos que es al poder de la información. George Orwell señaló en alguna ocasión que quien controla el pasado controla el futuro y quien controla el presente controla el pasado. Hasta ahora la información que podría controlar ese presente con pecados del pasado aún se mantiene en manos de unos pocos y perpetuados personajes a quienes los mismos legisladores evitan tocar, por ende, el control del futuro se mantendrá igual. La transparencia es romper con los secretos habidos entre ciudadanos y representantes.