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"PARTIDOS POLÍTICOS Y SU LEGADO EN LA ÉTICA POLÍTICA"

  • Patricio Patiño
  • 16 jun 2015
  • 5 Min. de lectura

Jesús Montoya

La carrera de ciencias políticas esta están al parecer en una fase terminal y donde inclusive dudaría de que en estos momentos se le considerara como una ciencia. ¿A qué se puede deber esta crisis que no solo es exclusiva de la ciencia política sino es en general de las ciencias sociales? Creo que se debe principalmente a que el sistema global ha creado una hegemonía en cuanto a los paradigmas científicos, demostrándose mediante la incapacidad creativa dentro del imaginario político para solucionar conflictos, en la toma de decisiones y en la reproducción de una ética política de la clase dominante en nuestra vida diaria.

En el caso de la Universidad Nacional Autónoma de México; la ciencia política a pesar de que su finalidad sea el estudio de las relaciones de poder, del Estado y de los modos de convivencia política entre las personas; sirve actualmente, para satisfacer las demandas que el Estado genera en el mercado: todos o casi todos los estudiantes de dicha ciencia terminan dentro de la Administración Pública o como achichincles dentro de los partidos políticos en el Congreso de la Unión.

En este año electoral, la desbandada de los salones de clases hacia campañas políticas u observatorios ciudadanos de las elecciones está de moda, ya sea estos últimos en organismos especializados, medios de comunicación o dentro de las propias instituciones educativas. Pero esto más que ser prometedor para llenar currículos y conseguir un empleo o bien en “defensa de la democracia”; por parte de los alumnos, resulta preocupante.

Dentro de las aulas y de los espacios universitarios ya sea en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales; que actualmente sufre de un grave problema de narcotráfico desprestigiando al estudiantado y a la protesta estudiantil, así como de la Facultad de Estudios Superiores de Acatlán, se está reproduciendo la forma de hacer política o bien las formas y modos de convivencia política. Las campañas y la luchas por el poder político dentro de las facultades y de la universidad, resultan ser un espejo idéntico al circo que actualmente vemos con la dictadura de los partidos políticos y su desenvolvimiento dentro de las instituciones del Estado en cuanto al monopolio del espacio público y a la burocratización de los procedimientos de toma de decisión.

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Mediante una imposición por parte de las autoridades de cambios, sin tomar en cuenta a la base estudiantil, de los planes y programas de estudio, estos, han sido perfilados a temas tales como políticas públicas, ingeniería institucional, análisis de coyunturas exclusivamente de la clase política dominante y las especializaciones sobre democracia liberal y por ende de partidos políticos a través del estudio de la filosofía o del marketing político, en el caso de la homogenización del pensamiento de los estudiantes de la FES Acatlán.

Un claro ejemplo, es la crisis interna en la que se encuentra la carrera de Ciencias Políticas, desde el inicio de la lucha por los 43 desaparecidos de Ayotzinapa y que se atenuó desde las campañas por la representación estudiantil de la carrera ante Programa Politico y el Consejo Técnico de la división de socioeconómicas, donde grupos demasiado diferentes buscaron unificarse a través de un objetivo principal que era el bloqueo de estudiantes que simpatizan con el PRI.

Sin embargo, la reproducción de la ética política de la clase dominante hizo que estos grupos se pelearan constantemente entre sí, ganando únicamente la representación de carrera. Tanto durante en la construcción de la campaña como dentro de ella, un grupo denominado Reformas Políticas Acatlenses (RPA) fue el principal practicante de un sectarismo y de una manipulación de la información hacia las demás organizaciones para satisfacer sus propios intereses.

Es así como a partir de marzo del 2015 Samantha Venses la titular de la Representación de Carrera de Ciencia Política y miembro activo de RPA se convirtió en la vocera tanto de su organización como al parecer de las propias autoridades de Programa Político y como de la Administración General de la facultad; esto se debe a que durante ese mes, un grupo autodenominado Coordinadora Estudiantil Acatlense ocupo un salón de clases para gestionarlo como espacio estudiantil lo cual hizo que se polarizara la comunidad estudiantil y donde tanto RPA como Samantha fueron los protagonistas de una campaña de desprestigio hacia todo lo que no viniera de las autoridades o de un acuerdo con ellas.

Desde entonces y durante ya este semestre terminado, RPA ha tenido un incremento en sus actividades, siendo la voz dentro de los estudiantes de las autoridades del Programa Político y al parecer de la administración general de la facultad. Esto se puede ver en el dudoso aumento presupuestario para organizar actividades así como la facilidad de que las autoridades les proporcionen espacios para realizarlas y con esto monopolizar la gestión de actividades al no permitir la auto-organización de los estudiantes.

Esto ha incrementado el poder de Samantha dentro de la facultad, manipulando y ejerciendo presión en las decisiones del Consejo Técnico para favorecer a RPA, manteniendo una actitud despótica y prepotente hacia a las demás organizaciones estudiantiles o siendo un filtro de las demandas de la comunidad de la carrera adaptándolas para satisfacer sus necesidades como organización. Hoy en día la titularidad de la representación de carrera sirve como un espacio de amiguismos y para satisfacer favores personales ya sea de alumnos o exalumnos o de las autoridades.

Ocupando el termino de hegemonía de concepto de Adorno impuesto por la lógica del mercado; este se demuestra con la relación existente entre los paradigmas científicos y la realidad política de la carrera. Dentro de las campañas en la universidad la actitud clientelar es un factor clave para obtener el puesto y es como se expresa la ética política dominante en quienes se están formando dentro de las ciencias políticas. Este es solo un ejemplo de muchos en la UNAM: en la Facultad de Economía, la Facultad de Filosofía y Letras, la Facultad de Ciencias y por su puesto la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales figuran grupos estudiantiles ya sea vinculados con algún partido político principalmente PRD y Morena o grupos independientes que reproducen esta ética política afectando a la comunidad universitaria en general.

¿De qué sirve aprender, estudiar y criticar las relaciones de poder si se van a reproducir estas en nuestra vida cotidiana? ¿No sería acaso nuestro deber transformarlas o construir nuevas relaciones de poder que no sean individualistas, machistas y verticalistas? ¿No es el deber de un representante de carrera construir o fortalecer los lazos de comunidad dentro de la carrera en lugar de dividir y polarizar la opinión de los estudiantes? En el caso de la FES Acatlan y en lo personal no considero que Samantha Venses tenga la capacidad política para solucionar los conflictos que ha atenuado su propia organización, pero es deber de la comunidad y solo de ella de juzgar y de solucionar sus conflictos, ninguna organización, cubículo estudiantil o autoridad debe de ejercer este papel. Este es un llamado a reflexionar el quehacer no solo de la ciencia política, sino de las ciencias sociales en general ¿ser solo instrumentos de la economía-mundo capitalista o ser agentes transformadores para solucionar los problemas que persisten en nuestras comunidades y sociedades?

 
 
 

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