“RELACIONES DIPLOMÁTICAS ENTRE CUBA Y ESTADOS UNIDOS: MÉXICO COMO AUTOR SECUNDARIO”
- Patricio Patiño
- 29 abr 2015
- 3 Min. de lectura
Stendhal Trujillo
@Stendhalmx
La octava reunión de consulta de la Organización de Estados Americanos (OEA), celebrada en enero de 1962, fue especialmente relevante para el futuro de una nación soberana integrante de esa organización. En esa reunión se votó la expulsión de la Isla de Cuba de la Organización continental y se planteó también que México protagonizaría un papel trascendental al votar en contra de una decisión totalmente manipulada por el gobierno de Estados Unidos. Fue en ese año que ese país usó todo tipo de artimañas para dejar claro que el atrevimiento de Cuba de aceptar la instalación de misiles soviéticos en su territorio no iba a quedar impune, y mucho menos dejarían entrever de su influencia en el continente americano, que históricamente ha considerado sólo suyo.
Hagamos memoria y recordemos el momento de la votación en que el embajador de México ante la OEA, Manuel Tello, no aplaudió, como todos los presentes, el discurso de José Mora, presidente de la Organización Regional, en el que insinuaba que los Estados independientes no deberían alardear y llevar una postura diferente a la planteada por los Yankees de la región.
Esta votación realizada en Uruguay fue el inicio del gran conflicto que duró hasta el año 2014, hundiendo a Cuba en el atraso tecnológico que aún padece. Afortunadamente para los cubanos, el atraso no se vio reflejado en otras áreas de la vida en la isla. Según datos de la CEPAL, actualmente Cuba tiene tasa cero en desnutrición infantil, un alto índice de desarrollo académico y es reconocida por sus grandes avances en materia de salud.

Lo anterior nos sirve como referencia para entender que Cuba es nuevamente el centro focal de la información internacional regional, pues el pasado 17 de diciembre los presidentes Raúl Castro, de Cuba y Barack Obama, de Estados Unidos, anunciaron que reabrirían sus embajadas en Washington y la Habana, respectivamente. Para llegar a este momento histórico se realizaron negociaciones en Canadá que contaron con la relevante participación del papa Francisco. La pregunta que dejamos al aire es: ¿por qué México no fue incluido en dichas negociaciones, tomando en cuenta su importante e histórico apoyo a Cuba durante decenios?
Es posible que desde el ya famoso “Comes y te vas” por parte de nuestro “excelentísimo” presidente del cambio, Vicente Fox, la isla ya no confíe en los mexicanos. ¿Será posible que, a pesar de los esfuerzos del actual gobierno mexicano por renovar las deterioradas relaciones con Cuba, ésta ya no nos considere un aliado natural, sino un estado más del continente americano?
La reanudación de relaciones entre los países mencionados se veía venir gracias a una política más diplomática de los americanos hacia Cuba, misma que se debió a la presión internacional y a que a muchas empresas ya no les importaban las restricciones. De igual forma, Barack Obama lo vio como una oportunidad para desviar la atención sobre algunos problemas que están aquejando a su gobierno y así mejorar la imagen de su mandato.
Después de la Cumbre Extraordinaria de las Américas en la que el entonces presidente Fidel Castro fue despedido vergonzosa, inoportuna y anticipadamente por Vicente Fox, éstas no volvieron a ser lo mismo. El daño causado a las relaciones diplomáticas con todas las naciones latinoamericanas durante los gobiernos panistas logró un distanciamiento grave con ellas.
El gobierno de Enrique Peña Nieto está haciendo un gran esfuerzo, pero el vacío dejado por esos gobiernos es enorme y por ello el país no puede recuperar el prestigio que diplomáticos como Isidro Fabela, Genaro Estrada y Sepúlveda Amor le brindaron a nivel internacional.