"CABEZA DE CHORLITO"
- Patricio Patiño
- 27 feb 2015
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H. CALEB LAGUNAS ROJAS
Fijémonos en un único cabello de una persona con el pelo largo. Un trozo de tela de la misma edad estaría deshilachado y hecho trizas; en el caso de que esa persona se tiña el pelo de forma regular, el trozo de tela equivalente se habría disuelto hace tiempo.
Cada cabello de nuestra cabeza es un tejido compuesto aproximadamente por el mismo material que forma un callo del pie o de la mano, formado por una media de 100.000 filamentos. Los cuernos animales también suelen estar formados por la misma sustancia, la queratina.

Un pelo es un eje de fibras de queratina rodeado por una especie de placas de células muertas llenas de queratina. El pelo crece con bastante lentitud, de modo que cuando un pelo llega hasta el hombro suele tener unos dos años. Hay pocos tejidos capaces de sobrevivir tanto tiempo expuestos al mismo tratamiento que experimenta un cabello: lavados frecuentes o diarios, secados con aire caliente, estiramientos con planchas, lacas y otros productos y, posiblemente, tintes regulares, por no hablar del desgaste natural debido a la exposición del viento, la lluvia, el frío y la luz solar, así como por los golpes producidos por cepillos, rulos, horquillas y por el simple roce con otros objetos.
Un folículo piloso sano puede durar hasta 6 años; según Clarence R. Robbins, autor del libro "Chemical and Physical Behavior of Human Hair", de 2002: 16 son los centímetros que el pelo de la cabeza crece cada año, mientras que el pelo de la barba sólo crece 10 cm anuales.
En una carrera entre el pelo y las uñas de las manos, el pelo es, sin duda, el más rápido. Las uñas crecen aproximadamente 1 nanómetro por segundo, más o menos la anchura de una molécula media. Las uñas crecen alrededor de 0,09 milímetros diarios, medida que se aproxima al diámetro de un cabello humano. El crecimiento del pelo se ralentiza con la edad, y puede llegar a ser tan sólo 3 cm anuales.