"LA CIENCIA DEL PERFUME"
- Patricio Patiño
- 16 feb 2015
- 6 Min. de lectura
Alexis González /Caleb Lagunas Rojas
@NoSoyAntoine/@RojasCaleb

El mundo de los aromas es muy complejo, quizá para muchos de nosotros es inevitable que al escuchar la canción “Do it again” de The Chemical Brothers nuestra mente la relacione con el spot publicitario de la nueva fragancia de Paco Rabanne, o bien, recordar el olor de ciertas personas.
Es posible abordar la ciencia del perfume con un sinfín de fórmulas químicas, coeficientes experimentales y palabras exóticas como azeótropos. Este no es el caso, el siguiente artículo pretende de una manera digerible explicar la evolución de este oloroso producto.
Puede parecer interesante que la raíz de la palabra perfume proviene del latín per (por) y fumare (producir humo), que quiere decir “a través o por medio del humo”. Esto se debe a que antes se utilizaban sustancias odoríferas como ofrendas religiosas a los dioses en forma de incienso que ardía en los lugares de culto, la función original del perfume era la de ponerlo al fuego para que se pudiera producir un humo oloroso. Ahora no necesitamos precisamente de fuego para que nuestro muy caro perfume desprenda el aroma en forma de humo, pero sí que las partículas de olor se activen al contacto del calor de nuestra piel. El interés por los aromas se remonta desde hace siglos, existen pruebas en las que se muestra que nuestros antepasados ofrecían a sus dioses fragancias obtenidas a base de humo de incienso, mirra y otras resinas de madera porque creían que de esta forma podían comunicarse con ellos.
La mayoría de civilizaciones antiguas utilizaban los perfumes para fines propios. Comenzando con Egipto; el kyphi, incienso compuesto de henna, mirra, canela y enebro que se utilizaba durante el Egipto faraónico, con fines religiosos y médicos. Esta palabra de origen griego es la deformación de la palabra Kapet del egipcio kp.t que significa, “quemar cualquier sustancia para fumigaciones”. Este no fue el único uso que se le dio al perfume en Egipto, pues se tienen vestigios en los que ilustran que también se utilizaban olorosos ungüentos como una forma de distinción, vanidad y momificación de cadáveres, incluso de que asignaban una fragancia a cada una de sus deidades.
Los egipcios remojaban maderas y resinas aromáticas en agua y aceite para usar el producto final como lociones para el cuerpo; el alcohol no tenía ningún papel en este arcaico proceso. Quien no cuidara su aspecto en general, era mal visto y etiquetado como bárbaro.
Por otro lado, en la mitología griega se hace mención a la diosa del amor Afrodita como la creadora del perfume: Fragancia de rosas. La rosa era una flor de delicados pétalos blancos y no tenía olor, hasta el día en que Afrodita, se clavó una espina de un rosal y con la sangre de sus dedos la tiñó de un intenso rojo. La rosa se volvió tan bella que Cupido, al verla, la besó, y desde aquel momento tomó el aroma característico de los enamorados.
Los griegos después del baño solían perfumar cada parte de su cuerpo untándose fragancias de diferentes aromas, y es gracias a ellos que la costumbre de perfumarse (que después se la heredarían a los romanos) llegara al continente europeo.

En la antigua Roma los perfumes eran muy demandados, las aromas intensos abundaban. Si bien se habla de una democratización del perfume, seguía existiendo una marcada diferencia en los tipos de perfumes que se utilizaban. En los mercados las clases bajas consumían lo que estaba a su alcance, los adinerados tenían el acceso a todo tipo de aromas e inclusive a sirvientes que se encargaban exclusivamente de perfumarlos. Los dos perfumes más populares eran crocimus y rhodinium, este último a base de rosas, mientras que el primero contenía azafrán, mirra, alheña, junco, láudano y estoraque. Los europeos entraron en contacto con aromas orientales debido a las Cruzadas, y fue entonces que el mismo proceso de destilación que se utilizaba para fabricar bebidas alcohólicas, se utilizaba para elaborar perfumes.
Con el transcurso de los años, la química del perfume presentaba avances aunado también, al descubrimiento de América que conllevo a la creación de nuevos aromas. Con el descubrimiento de la destilación de alcohol, la ciencia del perfume evolucionó enormemente, los perfumistas más afamados eran de origen italiano. En el Renacimiento, el perfume era utilizado para disipar los malos olores de cuerpos sucios o poco halagadores. Las aromas que abundaban en esta época eran; el ámbar, el almizcle, el jazmín, entre otros. Gracias a Enrique II de Francia y Catalina de Médici, el perfume llegó a Francia, país que más y mejor se apropiaría de la industria hasta nuestros días.
La demanda de los productos perfumados de origen italiano provocó que Francia desarrollara su propia producción de perfumes. Durante el reinado de Napoleón y Josefina, la industria del perfume renació gracias a los avances de la química y al descubrimiento de nuevas técnicas que hacían más barato y eficaz el proceso: moléculas sintéticas que simulaban cualidades olfativas de esencias raras, sales de baño, pastillas, invención del vaporizador en 1870 por el escritor Brillat-Savarin y la producción en masa de envases de vidrio. La primera colonia fue elaborada como su nombre lo indica, en Colonia, Alemania, por un milanés llamado Jean-Marie Farina.
La denominada “belle epoque” que comprendió desde fines del siglo XIX cuando se usaron los primeros químicos sintéticos para la comercialización del perfume (nitrobenceno, por ejemplo) hasta el inicio de la primera guerra mundial, marca cambios severos en la fabricación de perfumes: el perfume se convirtió en un objeto de lujo antes de la etapa de guerras y después de la Liberación.
La preparación consistía en la combinación de extractos naturales y sintéticos, los perfumes adquirieron marca propia y un embasamiento que era confeccionado a la medida de cada uno de ellos. La perfumería moderna nace de la mano de la combinación de la alta costura y los perfumes, el modisto francés Paul Poiret fue el primero en asociar estos dos conceptos. Frases como “El perfume es uno de los accesorios más importantes de una mujer” enaltecen esta sutil combinación. Pero… ¿cómo es que obtenían las sustancias para la creación de perfumes?
La mayoría de sustancias que se utilizaban eran flores, plantas y hierbas. Los procesos que se utilizan son: absorción, extracción con disolventes o destilación. Haciendo un poco de énfasis en la destilación, es un método para separar los componentes de una solución, la destilación se refiere a separar soluciones en que todos los componentes son apreciablemente volátiles mediante la manipulación adecuada de las fases, o bien mediante evaporaciones y condensaciones repetidas, es posible lograr una separación tan completa como se quiera y recobrar, en consecuencia, los componentes de la mezcla con la pureza deseada. El procedimiento experimental es un tanto sencillo, por ejemplo, para la obtención de esencia de alguna flor o fruto bastaba con agregar en un alambique agua suficiente que cubra la materia prima y calentarla, a medida que el vapor se vaya formando, el aceite esencial se transformará en gas, que luego pasa por tubos que lo licuan y lo enfrían. Existen otros procesos de manufactura como el enfleurage en el que las flores se colocan entre láminas de vidrio con aceite hasta que éste ha absorbido su aroma, expresión (proceso antiguo) en el que se exprime literalmente la planta o fruto para conseguir su pulpa o aceite, extracción de solventes en donde interviene el benceno o éter para extraer aceites esenciales, y la maceración que es parecido al enfleurage, sólo que en vez de aceite se usan grasas calientes disueltas en alcohol.

Componentes de un alambique.
Hoy, debido en gran parte a la globalización, la industria del perfume ha tomado una gran importancia en distintos sectores, ahora ya se usan químicos aromáticos y materias primas de origen animal, una vez que los perfumes han sido extraídos son mezclados y después se les agrega alcohol y por último se dejan añejar meses o años para obtener la fragancia deseada. El perfume se sigue y seguirá vinculando con la elegancia, y cómo podemos ver cada vez existen fragancias más elaboradas, spots publicitarios más complejos, una lista interminable de figuras públicas lanzando sus propias fragancias y embaces cada vez más estilizados, pero también el crecimiento constante del negocio clandestino de perfumes debido a que las personas no quieren dejar pasar la oportunidad de obtener ese status quo que parece dar el uso de una fragancia de marca…o al menos, que se lo parezca y no deje los bolsillos vacíos.

El olfato está estrechamente conectado a nuestro cerebro lo que provoca que al oler ciertas cosas se produzcan emociones, también está conectado al hipotálamo, que es la estructura donde se fija la memoria. Lo anterior da respuesta al por qué olvidamos fácilmente ciertas cosas que teníamos o debemos de hacer, pero nunca olvidaremos un olor que nos haya cautivado o desagradado. Así que no te extrañe que al percibir el olor de cierto perfume se venga a tu mente mil y un recuerdos de lo que viviste cuando este aroma estaba presente, ya lo decía Jean Paul Guerlain: “El perfume es la forma más intensa del recuerdo. Debe ser como el tema central del Bolero de Ravel. Una especie de lenta obsesión.”