"PETRÓLEO BARATO, EL MAL KARMA DE PEÑA."
- Patricio Patiño
- 30 ene 2015
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Iván Guerrero Córdova
@navokovivan
El desplome de los precios internacionales del crudo no pudo llegar en peor momento para nuestro país y, peor aún, para la credibilidad del gobierno de Enrique Peña Nieto. Hace apenas seis meses, nadie podría imaginarse un escenario más sombrío: los ingresos petroleros y las inversiones en el sector energético –pieza clave de la estrategia del presidente- parecen tambalearse, lo mismo hacen las previsiones de crecimiento, los sueños de la gran reforma energética y las finanzas mexicanas.
Los optimistas pronósticos realizados en 2012, año en que Peña tomó las reformas como estandarte de crecimiento y cambio, se auguraba que la reforma energética y, más concretamente, el sector de los hidrocarburos, traerían elevadas tasas de crecimiento -5%- , unos 500,000 empleos anuales y muchos encadenamientos productivos que dinamizarían a la economía nacional.
Hoy, sin embargo, las finanzas públicas que dependen, en gran medida, de la producción de hidrocarburos, se encuentran en incertidumbre. De hecho, se espera que el gobierno recurra a un mayor déficit presupuestal y, con ello, a más endeudamiento, un error grande si vemos el escenario de volatilidad y la mala gestión que, históricamente tenemos, ante la deuda externa.

El gobierno de Peña estimaba que, en promedio, el crecimiento en el sector energético atraería capitales privados, e internacionales, durante los últimos 4 años de gestión, por unos 60,000 millones de dólares anuales, además de abrir el sector a la innovación y desarrollo. Pero la tormenta perfecta se plantó sobre nuestro presidente y la volatilidad en los precios del petróleo, y previsiones a la baja, dan al traste con todo lo anticipado anteriormente,
El pasado 15 de diciembre, el precio del crudo mexicano, cayó hasta los 50,92 dólares por barril, su nivel más bajo desde el 29 de octubre de 2008, cuando la mezcla estaba en 54, 04 dólares, según datos de la Secretaría de Economía y PEMEX.
Si bien, este 2015 no estaremos tan a la deriva, debido al cinturón salvavidas que fue comprar seguros para los barriles de petróleo de este año, la volatilidad e incertidumbre harán, que en 2016, tengamos que hacer unos súbitos ajustes a los presupuestos gubernamentales y accionar maniobras efectivas si no queremos caer en la espiral de crisis a la que nos conducen unos precios tan bajos en el petróleo.
Una vez que los productores de gas shale y otras fuentes de enegía no convencional –principalmente EE.UU y Rusia- reduzcan su producción, podremos decir que la crisis del precio del petróleo estará a salvo, no así, la confianza en el gobierno de Peña, quien apostó ciegamente al crecimiento impulsado por una, mal hecha, reforma energética, que demostró una vez más, la incompetencia de nuestros gobernantes de ponernos en el crecimiento económico que tanto necesitamos.