"EL EMBELLECIMIENTO DE LA CIUDAD"
- Patricio Patiño
- 24 ene 2015
- 2 Min. de lectura
Israel González
@itzizlob

El cambio de la ciudad a través de los espacios públicos.
Este ideal que se tiene de una ciudad invadido de oportunidades y favorable para el mejoro de la calidad de vida, han quedado atrás y en su lugar han aparecido cuestiones como la pobreza, la contaminación, la falta de sanidad y seguridad.
La ciudad ha padecido una especie de deshumanización que la transforma en meros escenarios donde no todos tienen derecho a entrar y ejercer su papel como ciudadanos y ser participes de un espacio digno y propio como es el caso de las zonas de la ciudad donde no hay áreas de recreación y mucho menos áreas verdes.
Las intervenciones que tienen como pretexto mejorar la calidad de vida de los habitantes, se han convertido en una estrategia política altamente rentable para los gobiernos que les ha funcionado y sirve de anzuelo para sus campañas.
Siendo así y como principal protagonista el impacto del urbanismo y la arquitectura en la proliferación de espacios para el consumo definidos como los “nuevos espacios públicos” siendo menos los lugares para el libre esparcimiento, estos buscan no sólo como lugar de interrelación entre la gente, sino de expresión de la misma; tal es el caso de los FAROS, museos al aire libre y artistas urbanos por mencionar sólo algunos.
Este cambio urbano en la ciudad ha sido notorio, la rehabilitación, peatonalización de las calles y el rescate de los bajo puentes en la ciudad son unos ejemplos de un trabajado e intento de rescate de los espacios, pero todos éstos con la única intención; el beneficio económico, transformándolos en negocios.
El ejemplo más claro es la calle de Madero en el centro histórico de la ciudad, esta calle se relaciona con otras más, también peatonales, convirtiéndose en conjunto en un sistema diverso, que ofrece a la ciudadanía una oferta diversa de actividades que en su mayoría son comercios de condición diversa
La Plaza de la República es otro ejemplo con una fuente como un atractivo para los visitantes pero que se ha convertido en un balneario público o un lugar de protesta para los diferentes movimientos sociales o políticos.
Diferentes han sido los aciertos y desaciertos del espacio público que podemos encontrar en toda la ciudad, mismos que la gente se apropia o le da otro uso.
Todas estas obras terminan teniendo un significado importante para la vida de los habitantes y será de esperarse, que nuevas y distintas obras de espacio público se sumen a las existentes, para beneficiar y transformar la vida social. Ojalá y dentro de ellas se pueda contar con nuevos espacios verdes, que contribuyan a disminuir el déficit de metros cuadrados por habitante, que en este sentido, aqueja a la ciudad y no sólo espacio publico comercial.
Arriesgarse a transformar para embellecer a la ciudad no es solo apostar por la cosmética sino por un bien común, propio e incluyente donde se debe involucrar a toda la ciudadanía.