"GRECIA SE DESPIDE DEL EURO"
- Patricio Patiño
- 12 ene 2015
- 3 Min. de lectura
IVÁN GUERRERO
@nabokovivan
La tragedia griega parece no tener fin, algunos gobiernos de la Zona Euro ven inminente la salida del país helénico de la moneda común (no así de la Unión Europea). Berlín, quien ha marcado las normas - sobre lo que se hace o lo que no- con su odiado diktat, es ahora mismo el foco de atención mediático, debido a que el gobierno de Angela Merkel ve como “inevitable” una salida de Grecia de la unión monetaria.
Las tenciones abruman los mercados, puesto que el próximo día 25 se jugará en Atenas el todo por el todo. Se celebran las elecciones nacionales y tal como pinta el panorama, el favorito para ganar es Syriza, partido radical de izquierda, quien con una propuesta bastante agresiva a sus votantes, promete reestructurar la deuda con los acreedores europeos – principalmente alemanes y españoles-. Es bien difundido por diversos medios alemanes como Der Spiegel, que una situación así será inmanejable y la única opción será una salida del euro.
Por otra parte, el gobierno griego en turno, ha asegurado que sea cual sea la decisión en las urnas, se respetarán los acuerdos y se les pagará a los acreedores hasta el último céntimo de los compromisos adquiridos por éste y gobiernos anteriores. La comisión europea sabe de las tensiones y no se ha pronunciado mucho al respecto, el no comment reina en toda la zona, por lo que nadie quiere precipitar información que pueda dar sobresaltos a los mercados financieros europeos. Sin embargo, existen eurodiputados, gobiernos nacionales y otros actores que ya hablan de una inminente retirada de Grecia.

Alemania y otros países perciben la situación actual de deuda griega –con respecto al PIB- como una turbulencia peor a la que se vivió en 2012, donde estuvo a punto de dejar la moneda común. Por aquel entonces, las fallas griegas hicieron daños en los mercados de toda la eurozona, sacudieron todo el continente y pusieron, especialmente, en una situación delicada a los países de la periferia.
También por aquellos meses de 2012, la calma volvió gracias al activismo del Banco Central Europeo y después de que la propia Alemania se convenciera de que los costes de esa salida serían demasiado elevados, sin embargo, hoy los alemanes se muestran escépticos y hartos ante la incompetencia de varios países deudores de generar un crecimiento sostenido. Berlín ha comenzado a hacer un análisis de los pros y contras de la salida, que pasaría a Europa si la salida de Grecia del euro toma cuerpo —por el efecto contagio: las dudas acerca de otras posibles salidas y su traslación a los costes de financiación de la deuda pública en el Sur—. Diversos analistas han empezado a ver, incluso, con buenos ojos la salida. Primeramente tenemos que aclarar algo: el PIB griego apenas supone el 2% del de la Unión. Los analistas, sin embargo, recuerdan que la deuda externa del país supera los 300.000 millones de euros y cualquier tipo de quita puede ser nociva para todos los acreedores. Gran parte de esa deuda la tienen los socios europeos, a la cabeza está Alemania, quien tiene 65.000 millones, seguida de España con 25,000.
Finalmente las cartas serán puestas sobre la mesa, quizás hasta se llegue a abrir la caja de pandora, pero Atenas deberá atenerse a los acuerdos previamente firmados. El margen de maniobra del país helénico es muy reducido, en palabras del ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble: “Si Grecia elige otro camino, será difícil”. Sin duda, el triunfo de la izquierda extrema Syriza supondría que los temores políticos de los Eurolíderes están por hacerse realidad: los movimientos extremistas empiezan a ganar cuerpo nuevamente ya que en Francia el Frente Nacional de Marine Le Pen también puede poner en serios problemas al gobierno poco popular de Hollande.

Dos años y medio, después del último paquete de rescate, nada ha cambiado. Las medidas que traía consigo éste paquete de ayuda no es precisamente la medicina que el enfermo necesitaba puesto que el paro era del 18% antes de la ayuda europea y ahora ronda el 25%; el PIB ha caído más de un 20%, mientras que la deuda pública ha pasado del 148% al 175% del PIB. Syriza cree que es inmanejable y que hay que aplicar una quita “realista”, visión que yo mismo comparto, aunque Alemania quiere evitar a toda costa que actitudes como esa tomen cuerpo en otros países, con esto llega más y más leña a la crisis del euro que parece no tener fin.
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