¡AY! QUE TRISTE NAVIDAD
- Patricio Patiño
- 30 dic 2014
- 3 Min. de lectura
MIGUEL ÁNGEL MÉNDEZ
@MikeMM86

El pasado 24 de diciembre, gran parte de la sociedad mexicana se preparaba para departir, juntos con toda su familia y amigos, una de las fiesta más tradicionales que tenemos los mexicanos; sin embargo no todo se considera felicidad y congratulación para una gran parte de la población; ya que de acuerdo con datos del Consejo Nacional de Población (CONAPO), México cuenta con una demográfica que alcanza alrededor de los 19,713,203 personas, de las cuales 53.3 millones se encuentra en situación de pobreza, mientras 11.5 millones, equivalente al 9.8% de la población vive en pobreza extrema.
La Secretaria de Desarrollo Social (SEDESOL) y el Consejo de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) presentaron en 2013, la Metodología de Medición de Pobreza en México; en dicho documento, la dependencia definió a la pobreza y a la pobreza extrema; la primera como una situación en el que el individuo que se encuentra en esta limitación, presenta al menos una carencia social (educación, salud, seguridad social, vivienda, servicios básicos o alimentación) y no tiene un ingreso suficiente para satisfacer sus necesidades; en el caso de la pobreza extrema, se precisó que un individuo presenta tres o mas carencias sociales y el ingreso es menor al de la canasta básica.
Con base a la clasificación brindada por SEDESOL y el CONEVAL, se debe destacar que las condiciones salariales y de ingreso que tienen las familias mexicanas, se han deteriorados durante el 2014, ya que la posición económica que tienen muchos habitantes, los han colocado al menos con una carencia social, o así se ha demostrado a través de un estudio comparativo, presentado por el Centro de Análisis Multidisciplinario de la UNAM, que afirma que mientras el salario mínimo aumentó desde enero de 2013 a agosto de 2014 solamente un 3.90% o sea pasó de $64.76 en 2013 a $67.29 en agosto de 2014, teniendo un aumento únicamente de $2.53 pesos; sin embargo, la canasta básica durante los dos años de gobierno de Enrique Peña Nieto, aumento un 7.24%, pasando de $171.86 a $192.52.

Con las condiciones del salario mínimo y con las carencias sociales que se tienen en muchas regiones del país, se ha complicado la calidad de vida e incluso la confianza en los sectores comerciales. En promedio, un ciudadano tiene preferencia en realizar compras, en lugares que le permitan tener un rendimiento más de su salario por los artículos de la canasta básica que paga; por ejemplo, el gasto que realiza las familias en la llamada Cena de Navidad, en promedio, asciende a $3.000.00 pesos, en centro comerciales, mientras que las familias que realizan consumo en lugares como tianguis o mercados, pueden tener un gasto de $2.100,00; sin embargó, el desembolso puede variar dependiendo del número de personas, esto provoca que muchos jefes de familia tengan que acudir a instituciones de créditos personales o de empeño.
Se ha procurado implementar medidas que subsanen los problemas económicos para las familias de escasos recursos; algunos se han transformado en programas populares, como Solidaridad con Carlos Salinas, Oportunidades, durante el sexenio panistas de Fox y Calderón y finalmente el programa Prospera en este gobierno; sin embargo, la administración federal, se encuentra lejos de solucionar los problemas de pobreza para una gran parte de los mexicanos; el escaso debate acerca del aumento al salario mínimo, se ha transformado en propaganda política para los siguiente comicios electores; el asunto de la pobreza, aún continua siendo, incluso para esta administración, un motor generador de votos para los diferentes partidos políticos.