top of page

"EE.UU. Y CUBA: MEJOR ADENTRO QUE AFUERA"

  • Patricio Patiño
  • 18 dic 2014
  • 4 Min. de lectura

RODRIGO RIVERA

@DeRodrigoR


Las últimas noticias sobre el acercamiento diplomático de Estados Unidos con Cuba, ha dado de qué hablar en todos los medios y no sólo eso; sino que hasta se ha comenzado a gestar diversos escenarios “positivos” sobre el embargue económico en la que se encuentra la isla desde el siglo XX.


El nuevo acercamiento de Obama hacia Raúl Castro, puede ser un indicio más de desconfianza o de miedo, que de amistad y de gracia, el acto bien podría desatar una serie de especulaciones no sólo diplomáticas con repercusiones económicas y políticas, sino que bien podría trascender en las relaciones de toda América y de paso, el resultado bien puede llegar a influir en la relación (EE.UU. o Cuba) con la Federación Rusa.


El que Washington tenga deseos de reestablecer relaciones diplomáticas bien podría ser un asunto que podría generar un alto porcentaje de capital electoral para las siguientes elecciones (ya que su mandato concluye en el 2016) donde el Partido Demócrata no cuenta con una fuerte lista de candidatos, excepto por la presencia de Hillary Clinton; de ahí tenemos una amplia lista de candidatos conservadores y un latino (Marco Rubio; Senador por Florida) para ocupar la silla presidencial de la Casa Blanca dentro de dos años.


Marco Rubio, Senador por Florida

Los últimos dos años del mandato de Obama no han sido del todo exitosos para el desarrollo de una política internacional que pueda mantener a Estados Unidos como el líder en el escenario, contando que el liderazgo de Angela Merkel en la Unión Europea ha desplazado la influencia directa de Estados Unidos en Europa y a todo esto se le debe sumar el nuevo protagonismo de Rusia bajo la dirección de Vladímir Putin.


Todos estos actores que han paliado la influencia de Washington por todo el mundo, han hecho que Obama tenga que compartir el poder con otros actores como lo es China en Asia Pacífico; inclusive las relaciones con las petromonarquías no están de lo mejor ya que EE.UU. está próximo a rivalizar con los grandes exportadores de petróleo en el mundo con sus nuevas reservas descubiertas, dándole un lugar privilegiado para la determinación de costos por barril en el mercado internacional del crudo.


Por ello, me atrevo a expresar que es mejor adentro (Cuba) que afuera y, me refiero a la zona o esfera de influencia de Estados Unidos. Poco a poco, Obama ha ido perdiendo liderazgo en diversas regiones, en Sudamérica (Brasil, Uruguay, Chile y Bolivia) y su acercamiento con el Gobierno ruso y con inversionistas chinos. En América del Norte, al parecer todo se queda igual pero no; el que México quiera abarcar todo el mundo de un solo abrazo, ciertamente le puede incomodar a Estados Unidos por la simple razón de que tendrá un mayor margen de acción (para influir o ser influido), fueras de las líneas tradiciones de la política estadounidenses.


Obama y Castro

Si Obama a nivel internacional está perdiendo influencia y poder, deberá de regresar a las diversas políticas de contención (mismas que aplicaba durante la Guerra Fría) y prevenir daños colaterales; en este caso, si con el nuevo liderazgo ruso llegaba a perder Cuba por completo, entonces perdería uno de sus grandes instrumentos de poder, de presión y de coerción. Al interior, Obama dejó un partido débil, vulnerable y casi sin capital electoral. Por ello debe de actuar de tal forma que pueda recuperar a su electorado para los siguientes comicios presidenciales.


Si Obama no actúa de manera estratégica (aunque sus acciones parezcan contradictorias) entonces no sólo hará perder al Partido Demócrata para el 2016; sino que hasta el acto que realizó recientemente con Cuba, dará lugar a grandes conflictos en el Congreso estadounidense y las políticas podrían endurecerse o bien, dejar sólo las relaciones diplomáticas con la finalidad de darle seguimiento a las líneas de política que tiene Rusia para con la isla.


Si los conservadores ganan la presidencia, nos podremos adentrar a un nuevo escenario fuera de las políticas de bloqueo económico o de sanciones que sólo hacen crecer al adversario de una u otra forma, el escenario bien podría basarse en la coerción política y un eje militarizado para conseguir nuevamente toda la fuerza que ha ido perdiendo Estados Unidos en la escena internacional en los últimos años. Ya que durante la “Guerra contra el Terrorismo”, Estados Unidos logró cohesionar a sus aliados (inclusive adversarios) bajo la misma bandera de luchar contra los terroristas (y si no habían, los creaban) y así, justificar de manera cínica sus intereses en el mundo.


Si bien EE.UU. no se puede hacer de amigos, entonces es momento de disolver la dureza con la que se mantuvo durante décadas y hacer de Cuba un agente estratégico para vigilar la influencia de Rusia en América o para tenerlo como arma de negociación en un conflicto a futuro, donde sin lugar a dudas, no sólo se trata de Obama y Castro, de Rusia y Estados Unidos; sino también del futuro de la política doméstica de los coloquialmente llamados gringos.

 
 
 

PARTNERS

Queda prohibida la reproducción total o parcial de este material por cualquier medio sin el previo y expreso consentimiento por escrito de Metrópoli Digital.

  • Facebook - Grey Circle
  • YouTube - Grey Circle
  • Instagram - Grey Circle
  • Twitter - Grey Circle

© 2018 Metrópoli Digital

 

bottom of page